A principios de julio el precio del kilo de pollo osciló entre Bs 8,50 y Bs 9, generando alarma entre los avicultores; sin embargo, el escenario a inicios del presente mes es otro. El valor del alimento se incrementó y se lo vende entre Bs 14,5 y Bs 16 el kilogramo.

En los pasillos del mercado Abasto ‘viejo’ los carteles con los anteriores precios fueron reemplazados, aunque no de forma tan notoria como cuando el alimento era más barato, por los nuevos costos del kilo de pollo.

“El precio empezó a subir desde el domingo y algunas personas se molestan porque estaban acostumbradas a pagar menos. A nosotros los mayoristas nos están cobrando más por lo que debemos subir el precio para el público”, explicó Rubén, vendedor de menudencias y pollo, en pasillo central del ‘viejo’ Abasto.

Su vecina, Carmen, detalló que a los comercializadores el pollo con el sello Sofía les está llegando a Bs 14,5 para que se lo venda a Bs 16 el kilo, mientras que la variedad mairaneña la reciben a Bs 13,5 para ofrecerle al público a Bs 15.

“Hemos visto que la gente no quiere pagar esos precios por lo que estamos vendiendo el pollo Sofía a Bs 15,5 y los mairaneños a Bs 14,5”, detalló Carmen.

En un pasillo secundario del mismo centro comercial, los precios del kilo de pollo están en promedio en Bs 16 y para los comerciantes el valor del alimento se mantendrá estable debido a la baja oferta que se está registrando.

Para Wiston Ortiz, vicepresidente de la Federación Nacional de Avicultores, el incremento del precio del kilogramo de la carne de pollo es una noticia dramática debido a que entre un 35% y 40% de los pequeños y medianos avicultores optaron por cerrar su granjas, provocando una disminución de la oferta.

El dirigente remarcó que otra explicación del bajón en la producción avícola es que en las granjas pequeñas y medianas, que optaron por seguir en el negocio se bajó la carga (producción). “Por ejemplo, hay productores que de 20.000 unidades bajaron a 5.000 con el objetivo de reducir gastos y tratar de mantener sus ingresos”, dijo Ortiz.

El dirigente fue tajante al descartar que el aumento del precio de kilo de pollo sea resultado de los controles que se iban a implementar y puntualizó que en esta situación los únicos que están ganando son los avicultores grandes, por lo que exigió que se busque encontrar un equilibrio para beneficiar a todos los productores.

Ricardo Alandia, presidente de la Asociación Nacional de Avicultores (ANA), no se encontraba en la ciudad por lo que no pudo ser ubicado, pero cabe recordar que cuando el precio del alimento registró un leve incremento la primera semana de julio, el dirigente lo calificó de justa nivelación.

En aquella oportunidad Alandia indicó que no se trata de un encarecimiento, sino de una recuperación de precios, a raíz de la pérdida que ha sufrido el sector en los dos últimos años, ya que el costo del kilo de pollo vivo es de Bs 10 para el productor. Por tanto, el precio para el consumidor deberá estar en Bs 13,5 en Santa Cruz, en Bs 14 en Cochabamba y entre Bs 14,5 y Bs 15 en La Paz, siendo un poco más caro en estos dos departamentos por el tema del transporte.

Mayor producción

Jhony Mercado, expresidente del Colegio de Economistas de Bolivia, remarcó que la volatilidad del precio del kilo de pollo se debe a que el sector tiene una mayor capacidad de producción de la que puede absorber el mercado interno por lo que los excedentes, en cierto momento, según su criterio puede inducir a la baja de los costos.

Puntualizó que el sector es muy sensible y que ante cualquier tipo de control o merma de la producción la primera reacción es la de modificar los precios, por lo que desde su perspectiva, los productores junto a las autoridades de los tres niveles (municipal, Gobernación y Ejecutivo), deben trabajar para encontrar una solución estructural que vaya más allá de los precios.