Como se calculaba, el martes 11 el USDA estimó una baja pronunciada en la producción de maíz de EE.UU.

Lo llamativo estuvo en la magnitud de la caída que fue superior a lo que pensaban los mercados.

La baja para la campaña 2019/20 a partir de la excesiva humedad se plasmó en una reducción de 34,30 millones de toneladas.

Así, la producción será de 347 millones de toneladas, es decir la más reducida desde el ciclo 2015/16.

De esta forma, USDA prevé que los stocks finales de maíz en EE.UU. sean de 42,5 millones de toneladas. Es decir, 20,6 millones por debajo de las estimaciones del mes pasado. En tan sólo un mes, las estimaciones se redujeron cerca de la mitad.

Con este cuadro, lógicamente, los precios internacionales seguirán, de no mediar algún imprevisto, en suba.

El punto no termina acá. ¿Por qué? Es que las preocupaciones por la siembra en EE.UU. siguen firmes dados los pronósticos de nuevas lluvias en gran parte del cinturón agrícola norteamericano.

Miremos los pronósticos para los próximos días, según el National Weather Service (NWS). Desde el jueves hasta el sábado.

Con relación a la soja, el USDA mantuvo el cuadro estimado en mayo pasado, para la oferta y demanda.

Por ello, el nivel de precios no ha subido demasiado en Chicago. Pero, lo ha hecho.

Los fondos y en general todos los operadores son más pesimistas que el USDA a la hora de evaluar los perjuicios sufridos por las demoras en las siembras.

Por ello, y por la importancia que tiene la soja, como sustituto en muchos campos de la alimentación y de los biocombustibles, es dable esperar que el precio de ésta también tienda a la suba.

Por ahora, los valores en el mercado local no han respondido claramente a la suba internacional. Una de las razones de ello, está en la caída del precio del dólar.

El rio está revuelto. Habrá que esperar que el mercado alcance su normalidad… ¿no?