Gerardo Chiara es asesor técnico y recorre campos que van desde Vedia hasta 25 de Mayo en la provincia de Buenos Aires. En esa amplia región califica a la cosecha de granos gruesos como "muy buena, pero no excelente", porque observa heterogeneidad en los rindes de la soja. "Los campos de buen drenaje, que no sufrieron anegamientos prolongados por los 350 mm que cayeron entre diciembre y la primera quincena de enero están rindiendo más de 50qq/ha de soja de primera", informa.

En cambio, "los que soportaron anoxia parcial durante 40 días rinden alrededor de 40qq/ha porque no se cosechó una parte del lote y hubo desarrollo débil del cultivo y competencia por malezas alrededor de los lugares donde se perdieron las plantas. El rastrojo muestra esas realidades y nos informa lo que pasó", ilustra.

Las pocas sojas de segunda que se han cosechado hasta ahora están dando lugar a rindes mejores de lo imaginado. Sucede que la siembra de estos cultivos tuvo lugar en lotes de trigo implantados en buenos ambientes. "Hubo satisfactorio abastecimiento de humedad a lo largo del ciclo, con una ligera restricción en febrero, pero neutralizada por la reserva acumulada en enero, que permitirá alcanzar rinde 40-42qq/ha, semejantes a los de una soja de primera. Hay que considerar el promedio histórico relevado por Chiara es 28qq/ha, lo que supone un incremento del orden del 40 por ciento en el ciclo 2018/19.

Por su parte, el maíz temprano implantado en buenos ambientes rendirá 120-130qq/ha vs. un valor histórico de 95-100qq/ha, gracias a un prolongado llenado de granos y a una entrega tardía de las plantas que permitieron las temperaturas frescas.

Las razones de los altos rendimientos se asocian a espigas con mayor cantidad de granos que otros años, completas hasta la punta, y a un mayor peso de 1000 granos. Así, "mayor número de granos por metro cuadrado y granos más pesados conformaron la fórmula superadora", resume Gerardo.

En los altos rindes también influyeron los aspectos tecnológicos: el control de roya, por ejemplo, asegura una diferencia positiva del orden de 500kg/ha en el rendimiento si se verifican condiciones predisponentes para su desarrollo. La fertilización también aportó lo suyo: a la siembra, en muchos lotes se aseguraron 170kg/ha de nitrógeno entre lo provisto por el suelo y la fertilización, frente a los 150 aplicados en años anteriores. El incremento de la fertilización tuvo su justificación en los altos precios del maíz al momento de la siembra.

Los maíces tardíos muestran buena evolución, pero falta una eternidad para su cosecha. Chiara los destina a lotes con limitaciones y admite que su resultado económico es menor al de los cultivos de primera porque rinden menos -habitualmente 15qq/ha-, generalmente se venden a menos precio y tienen mayores gastos de secada.

El técnico resume el resultado de la campaña 2018/19 caracterizándolo como "alentador" porque se obtuvieron altos rendimientos en los cuatro cultivos que se realizaron en la zona, "algo que no es frecuente", aunque reconoció que quedan asignaturas pendientes, entre las que sobresale la insuficiente cobertura de precios que se evidenció en muchas empresas.

Promedios

Por su parte, Julio Lieutier, un técnico que recorre muchos campos del norte de Buenos Aires y del sur de Santa Fe espera rendimientos promedio para las sojas de primera porque "hay rindes altos en algunos campos, pero también registros bajos por los excesos hídricos de diciembre y enero, y por las altas temperaturas de la primera quincena de febrero".

Para soja de segunda estima un rendimiento debajo del promedio histórico, porque la mayoría se implantó tarde -hasta el 20 de enero- por falta de piso para ingresar con la sembradora.

Luis San Román, productor del departamento de San Lorenzo, en el sur de Santa Fe, obtuvo 47qq/ha en soja de primera vs. 40 del promedio histórico; 34,5qq/ha en soja de segunda y 113qq/ha en maíz temprano.

"Los rindes de soja podrían haber sido mayores si no hubieran ocurrido chaparrones luego de la siembra, qué complicaron las primeras etapas de desarrollo", advierte.

San Román justifica los altos rendimientos en las lluvias regulares y temperaturas favorables durante todo el ciclo. A su juicio, "el resultado económico es bueno por los altos rindes, que compensaron en parte los bajos precios". No obstante, aclara que gran parte de los ingresos se está destinando a pagar deudas y a recuperarse de la sequía del año anterior. "Queda muy poco para implantar el nuevo ciclo y habrá que financiar muchos insumos", adelanta.

Con márgenes agrícolas ajustados, San Román incorporó los cultivos de servicio en la rotación. Así, reduce los costos de fertilización y controla de manera más económica malezas resistentes a herbicidas. Además, en un contexto macroeconómico muy incierto, diversifica la superficie agrícola destinando un tercio a maíz temprano, un tercio a soja de primera y un tercio a trigo/soja buscando tener distintos ingresos en diferentes momentos del año.

En otro campo en Canals, Córdoba, San Román obtuvo rindes inferiores a los de San Lorenzo: 33qq/ha en soja de primera; 28 en la de segunda y 89 en maíz temprano. Las diferencias se atribuyen a la distinta calidad del campo y a las lluvias escasas: 540mm durante todo 2018 frente a los 850-900 normales.

"En el CREA Cañada Seca, en el límite tripartito entre Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, veníamos de tres cosechas malas por desastres climáticos; por lo tanto, esperábamos más que nunca la actual para recuperarnos y, por suerte, la cosecha está y es buena", afirma el productor Gustavo Savigliano.

Los rendimientos que se están alcanzando en el campo de Savigliano fluctúan de 35 a 40qq/ha en soja de primera; 90-100 en maíz y más de 40qq/ha en trigo. No obstante, también hay registros menores en lotes de la zona en los que quedó salitre y otras limitaciones luego de las inundaciones. En esta región tan castigada en los años anteriores, los importes que se cobran por la venta de grano van a cancelar muchos compromisos de canje tomados y a recuperar la caja. Hacia delante, hay expectativas sobre la próxima siembra, lo que impulsa a Savigliano a procurar la renovación de su maquinaria agrícola "cerrando los ojos frente a las noticias macroeconómicas y políticas, y llevando adelante lo que sabemos hacer, que es producir", se sincera.

En La Toma, en el norte de San Luis, Savigliano también alcanzó buenos registros físicos con el maíz: alrededor de 70qq/ha en una superficie de 400 hectáreas.

Zonas con problemas

En el sur bonaerense el panorama agrícola no es tan alentador como en la zona núcleo: faltó agua en enero y en la primera parte de febrero, y los rindes de girasol fueron afectados. "La de 2018/19 es una cosecha más, no una súper cosecha", aclara el consultor Benjamín Banks. En detalle, los rendimientos de girasol de la zona costera del sur de la provincia -Orense por ejemplo- llegan al promedio histórico o se ubican levemente por encima en las áreas que recibieron oportunos chaparrones estivales.

En cambio, hacia el interior -por ejemplo Tres Arroyos- los rindes se ubican por debajo del promedio y con valores muy dispares. En esta amplia región, Banks estima una caída del orden del 20 por ciento en muchos lotes, en los que se cosecharon 18qq/ha vs los 21-22 presupuestados. Hacia el sudoeste provincial hubo campos con mermas mayores aún.

En tanto,en el sudoeste del Chaco, el sudeste de Santiago del Estero y el norte de Santa Fe configuran una zona productiva que es la contracara de los altos rendimientos de la región núcleo. En esa región "hubo fuertes lluvias durante enero y febrero, que provocaron la pérdida casi total de la cosecha de girasol y de algodón. Luego el tiempo se normalizó, pero la semana pasada cayeron 300-400 mm en un día en varias localidades, lo que provocó gravísimas inundaciones", afirma Alejandro Stoppa, vocal de la zona Chaco santiagueño de CREA.

Los productores ya están pensando en la nueva campaña Los productores ya están pensando en la nueva campaña Fuente: EFE - Crédito: Cesazaro De Luca
Más allá de los rindes

Precios bajos

En muchos campos de la zona núcleo se alcanzan rindes físicos satisfactorios por lluvias regulares, pero el resultado económico no luce lo mismo por los bajos precios durante la comercialización.

Pagar deudas

Gran parte de los ingresos provenientes de la venta de maíz, de girasol y de soja está comprometido para la cancelación de canjes, tarjetas agropecuarias y deudas de arrastre del ciclo anterior.

Ventas mayores

Muchos compromisos para pagar y precios de los granos disponibles menores a los presupuestados obligan a ventas mayores a las calculadas, lo que genera un círculo vicioso que no permite el repunte de las cotizaciones.

Menos favorecidas

Hay zonas donde no se alcanzan los rendimientos medios históricos por escasez de lluvias (sur bonaerense) y en otras no habrá cosecha por lo contrario (Santiago del Estero, Chaco y norte de Santa Fe).

Costo financiero

"Luego de pagar todas las cuentas, el capital circulante no alcanzará para todos los gastos nuevos y el astronómico costo financiero actual es incompatible con la renta del negocio agrícola", observa el consultor Julio Lieutier.

Por: Carlos Marin Moreno