MENDOZA.- Los faltantes de leche y su mayor precio se han convertido en el último tiempo en un verdadero dolor de cabeza para muchas familias argentinas. Conseguir el producto, por lo general de segundas marcas, y a un valor accesible, se viene haciendo cada vez más difícil en todo el país. En la cadena láctea, los motivos para explicar los faltantes van desde factores climáticos que afectaron a los tambos, pérdida de rentabilidad de los productores y hasta la decisión de las empresas de apostar a la venta de productos de mayor valor que la leche fluida.

Sin embargo, en este contexto, en Mendoza hay una empresa familiar de lácteos que rompe el molde. Se trata de la firma Yogurlac, de Las Heras, donde el litro de leche cuesta la mitad que en un supermercado de esta provincia. Sí, los números están sobre la mesa: 3 litros de leche por 80 pesos cuando en una cadena comercial aquí un litro cuesta entre 40 y 60 pesos.

Mendoza es una provincia que no tiene la misma producción de leche que otras grandes productoras como Santa Fe, Buenos Aires o Córdoba, que juntas suman más del 90% de la producción a nivel país. En la ciudad de Buenos Aires, una primera marca cuesta $39 el sachet y una segunda marca 32 pesos. En Mendoza hay precios de $40 a 60 el litro, pero Yogurlac vende los tres litros a 80 pesos.

"Hace 10 días que todo se descontroló y nosotros colapsamos. Tratamos de mantener los mejores precios para ayudar a la gente, que está muy preocupada y ansiosa", contó a LA NACION Orlando Ferrero, propietario de la compañía junto a sus padres y hermanos.

"La gente se enteró que acá vendemos a buen precio y caen cada vez más personas. Eso sí, tenemos días que nos quedamos sin stock", destacó el joven abogado, de 25 años, quien recordó que solo están vendiendo tres litros por persona y seis por comercio. Yogurlac le compra la materia prima a varios tambos mendocinos, entre ellos Guercio y Santilli, para luego realizar su producción, procesamiento y venta al público. Además, ofrece quesos, fiambres y yogures. Tienen una promo para el yogur en sachet: tres litros por 100 pesos.

"Por lo general en la tarde ya nos quedamos sin leche. En la mañana se hace una cola importante y hay días que tenemos que poner el cartel de que se acabó", recordó Ferrero, que destacó que meses atrás vendían unos 750 litros de leche diarios mientras que ahora son 1500.

La firma tiene una larga historia en Mendoza y busca despegar en el corto plazo en el negocio a la espera de financiación oficial.

"Nuestro proyecto es poder construir una fábrica más grande en el Parque Industrial de Las Heras. Estamos a la espera de la respuesta del Gobierno", dijo.

"Acá, en Mendoza, estamos mejor, no se ha sentido tanto la crisis de producción. De hecho los tambos están empezando a traer más vacas para generar más recursos", resaltó Ferrero, y agregó: "Por eso, como las grandes marcas vienen de otras provincias, los precios son muy altos en los supermercados. Y la verdad es que vemos que la gente está dejando de ir a los grandes centros comerciales donde un litro de leche puede estar por encima de los 50 pesos. Cada vez más, los vecinos evitan los intermediarios".

En primera persona

"Estuvimos haciendo cola desde antes de las 8, cuando abren, para poder llevarnos a casa un par de litros de leche. La verdad que conviene comprar acá y los productos son buenos y ricos. Estamos cansados de las estafas y abusos de muchos supermercados y de las empresas que stockean. Me gustaría no comprarles más", se quejó Andrea, una vecina de Las Heras, quien acudió a la firma local con uno de sus hijos.

"Vine a la 10 y ya no tenían leche. Lamentablemente me tuve que volver. Previamente, en los tambos no conseguí que me vendieran en cantidad", se lamentó Ana, dueña de una pyme mendocina que buscaba leche para realizar helado artesanal.

La empresa, en manos de otros propietarios, vio la luz en 1944 como una pequeña fábrica de yogures en vasitos de vidrio, ubicada en la calle Avellaneda de la Quinta Sección de la Ciudad de Mendoza. El abuelo de Orlando decidió comprarla en 1978 y empezar a desarrollar nuevas fórmulas. Por eso, en 1986, su papá, Rubén, logró comenzar a incrementar la producción y ampliar la oferta a flanes, postres, ricotas y cremas, por lo que se establecieron en el edificio que hoy siguen atendiendo, en plena avenida San Martín 331, en la comuna de Las Heras.

"Han sido diversos momentos con mayores y menores dificultades, pero desde 2001 hasta 2016 estuvimos muy mal, al punto de quebrar. En 2017 hubo reajustes de precios y ahí empezamos a crecer, a ser más competitivos. Por eso, venimos planificando desde hace dos años que queremos crecer y producir más, en una fábrica nueva. Pero, para eso necesitamos del apoyo estatal", subrayó Ferrero.