CIUDAD DE MÉXICO. Productores mexicanos instaron a la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (ITC, por sus siglas en inglés) a discutir el acuerdo de suspensión del tomate el próximo 7 de mayo, es decir, antes de la aplicación del impuesto de 17.56 por ciento a las importaciones.

El día 9 de mayo se someterá a votación de los comisionados la decisión de seguir con el acuerdo o el mercado estadounidense del tomate funciona libremente por primera vez en 22 años.

Pero lo anterior ocurrirá dos días después de cumplirse los 90 días de plazo que empezaron a correr desde el pasado 7 de febrero, cuando el Departamento de Comercio de Estados Unidos notificó su intención de salirse de dicho acuerdo que frenó, desde 1996, la investigación antidumping contra las exportaciones hacia aquel país.

“Esto podría interrumpir el proceso del Sunset que impediría a la ITC otorgar su determinación final al no existir ya un acuerdo”, sostuvieron los productores luego de acudir a ese organismo para una audiencia el pasado jueves 21 de marzo en Washington, D.C.

Ahí, los representantes de la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida (AMHPAC), la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (CAADES), el Consejo Agrícola de Baja California (CABC), el Sistema Producto Tomate Nacional (SPTN) y la Asociación de Productores de Hortalizas del Yaqui-Mayo (APHYM) presentaron sus argumentos para fortalecer su posición como exportadores a ese país.

Explicaron que si logran prevalecer ante la ITC sería porque los argumentos presentados no justifican ya la existencia de la investigación y México podría continuar con la exportación de tomates sin obstáculos y sin el pago de cuotas compensatorias que los productores de Florida buscan se impongan.

“Nuestro interés es que se pudiera lograr nuevamente una negociación como hace cinco años y que nos permita mantener el acuerdo de suspensión de antidumping”, argumentó Mario Robles, director de la División de Hortalizas de la CAADES.

Ello, sostuvo, evitará un daño al sector agrícola mexicano con un alto impacto social, sobre todo por los más de 400 mil empleos que se generan y las miles de familias que dependen de esta actividad.

“Sin embargo, estamos conscientes que el gobierno de Estados Unidos tiene otra visión y busca proteger a unas cuantas familias dedicadas a la producción de tomate en el estado de Florida”, afirmó en un comunicado.

Los productores mexicanos han negociado un acuerdo actualizado con el Departamento de Comercio de Estados Unidos por más de un año, al poner sobre la mesa cinco propuestas con medidas de cumplimiento sin precedentes y rechazando una proposición de Florida que no está permitida por la ley de los Estados Unidos.

“Confiamos que podamos arreglar esto antes de los tiempos, pero también estamos listos para seguir defendiendo al tomate mexicano en todas las instancias posibles para demostrar que nuestras exportaciones no son la causa del daño que dicen sufrir los productores de Florida, sino que es producto de su propia ineficiencia”, apuntó Mario Robles.