Por Andrés Rodríguez, Fundador de DYA Consulting y Andrés Silva, autor de Conextrategia.

Según un informe de McKinsey Global Institute realizado el año 2015, la agricultura aparecía como la industria con menos niveles de digitalización, muy por debajo de la industria de la salud, la construcción, y la banca. Esas cifras ya están cambiando y la agricultura está comprendiendo la importancia de la aplicación de tecnología en la optimización de la productividad y competitividad. La agenda de digitalización de la agricultura debe ser la piedra angular de toda estrategia sectorial de cara a la nueva década 2020-2030.

La población mundial continúa creciendo, fenómeno que tiene todo el potencial de afectar la disponibilidad de recursos en el futuro. De acuerdo a cifras de la FAO, en el año 2050 el mundo  necesitará producir 40% más alimentos que en la actualidad.

¿Cómo lo podemos hacer? Los distintos actores de la industria como productores, agroindustriales y exportadores, deben comprender las tendencias de transformación digital que están alcanzando a la agricultura. Las nuevas tecnologías se encuentran redefiniendo el nuevo perfil de la agricultura, cuyo enfoque se centra en la mejora de la productividad.

Al utilizar nuevas tecnologías propias de la transformación digital como un recurso sustentable y escalable, será factible llevar la agricultura a un nuevo estándar de competitividad, acorde a los desafíos de esta década venidera.

Al alero de este escenario mundial compartimos cinco pilares claves de la transformación digital en la agricultura:

Agricultura de precisión

El Internet de las Cosas (IoT) está simplificando, racionalizando y optimizando la recolección, inspección, monitoreo y distribución general de recursos agrícolas a través del uso de sensores en materiales y equipos.

De la misma forma que la tecnología dentro del campo, los sensores se colocan en equipos agrícolas para rastrear su estado y el rendimiento de la máquina. Siguiendo la lógica el término de la agricultura de precisión, la maquinaria y otros equipos agrícolas se están fabricando con sistemas de navegación en base a una amplia variedad de sensores. Estos sensores se encuentran diseñados con la capacidad de compensar las irregularidades del terreno. También ha tomado preponderancia el uso de sistemas GPS que están diseñados para el análisis del rendimiento y posterior documentación de los resultados de la cosecha o aplicaciones, directamente desde la cabina del equipo y así facilitar la toma de decisiones de campo en tiempo real.