El año 2019 inicia con el menor stock invernable de la historia, con 500 mil machos y 200 mil hembras menos que el pico ocurrido en enero del 2017. Este factor, sumado al exceso forrajero que vive el país, determinan una presión muy fuerte sobre el precio del novillo gordo y, en consecuencia, su transferencia a la reposición. Es así que la industria está pagando el gordo a US$ 0.26 más el kilo en cuarta balanza por encima de las relaciones históricas con la carne exportada (que ha tenido un R2 de 0.95). Determinando un valor agregado industrial de US$ 183 por animal, 17% del valor del novillo tipo, que es la segunda menor referencia en los últimos 12 años. A su vez, la faena ha disminuido un 7% respecto a igual período del año pasado, lo que define, además del escaso margen, una baja cantidad que complica, aún más, la ecuación industrial.

Este “sobre precio” que recibieron los invernadores hasta febrero inclusive, no se había trasladado a los criadores, ya que se pagó el ternero en función del novillo gordo (dicha relación tiene un coeficiente de determinación de R2: 0.93). Pero en marzo comenzó la zafra de terneros (recordar que entre marzo y mayo se concentra el 48% de la comercialización de terneros en pantallas) y el precio ha empezado a subir, incluso por encima de dicha relación.

El otro factor que está en juego es el peso de los ganados. Para saber cuánto más pesan este año respecto a igual fecha del año pasado, analizamos los remates por pantalla y de allí se desprende que la reposición se está vendiendo un 10% más pesada y 14% superior en dólares por kilo, lo cual hace que el valor por cabeza vendida sea en promedio un 26% mayor comparado con igual período del año pasado.

Al ser el sistema de cría quien vende el grueso de su producción en esta fecha, nos parecía relevante compartir el resultado por vaca entorada, de un rodeo que tiene 72% de marcación, descarta el 30% de sus vacas como invernada, vende sus terneros producidos y el descarte de terneras (un criador neto). La cría, por el efecto peso y precio, mejoraría en este marzo un 26% su facturación en dólares y un 38% su facturación en pesos deflactando la inflación.

Expresado el resultado por vaca entorada, vemos que la facturación sería US$ 367 o $ 11.435 deflactada la inflación, lo que implica un aumento de US$ 75 por vaca entorada o 3.148 pesos constantes.

La única interrogante que quedará es: si los rodeos de cría que se entoraron en la primavera-verano pasada con una sequía extrema podrán alcanzar el 72% de marcación, para ello realizamos una sensibilidad y en caso que el precio, el peso y el porcentaje de descarte de vacas se mantengan, el punto de quiebre para igualar el resultado del año pasado sería 53% de marcación.