Durante mucho tiempo el sector productivo ha reclamado ante la industria por lo que en su momento se llegó a llamar “colusión”, lo cual no se logró comprobar en su momento. La situación fue plasmada en un momento donde los ingresos de los productores se vieron disminuidos debido a la baja de los precios, como contrapartida de un incremento de la oferta.

Al analizar la variable “Valor Agregado Industrial” (VAI) dentro del indicador del Novillo Tipo elaborado por el Instituto Nacional de Carnes, se puede visualizar lo vaivenes del mercado y al mismo tiempo los momentos donde la oferta es sinónimo de subas o bajas. A modo de ejemplo en 2008, 2009 y hasta mediados de 2010, el VAI (que incluye costos y beneficios de la industria) representaba el 30% del valor del novillo tipo, un momento de crisis financiera y donde el clima generó una liquidación del stock. A partir de ahí y hasta el 2013, con un stock bajo se volvió al momento del productor, donde la industria debió ajustar sus números y este indicador cayó a niveles entre el 20% y 21%.

Como todo en la ganadería tiene su ciclo, el stock se recupero y nuevamente, como dice el productor, “el mango del sartén volvió a manos de la industria”, situación que volvió a corregir el VAI que paso a fluctuar entre el 29% y el 25% hasta 2017.

A diferencia de ciclos anteriores, aparecen en este último período dos variables que limitan parte del incremento del VAI, que claramente tendrán un impacto mayor en el nuevo ciclo de baja disponibilidad de haciendas para terminar. Se trata de la baja de la edad de faena con el incremento de la Cuota 481 y la necesidad de animales más jóvenes a nivel de la faena, ya sea novillos como también así de vaquillonas y por otro lado la tan resistida, por parte de la industria, la exportación en pie.

Esas dos variables no pueden ir separadas, si bien se debe reconocer que el bajo stock de novillos es consecuencia de los dos últimos años de una exportación en pie que rompió los récords de ventas, también la caída de la edad de faena significa una mayor intensificación de la producción, lo que en números generales no ocurrió.

En 2018 el VAI se posicionó en el 21%, es decir que el productor tuvo un mayor poder de negociación que en los cuatro años anteriores y en el comienzo del 2019 este valor continúa cayendo, situándose en enero en el 20%.

En base a un análisis realizado por al consultora APEO, en la actualidad existen cerca de 700.000 animales menos para invernar que hace dos años, entre machos y hembras, mientras que según la consultora, el buen nivel de forraje y la baja oferta están llevando a que el novillo gordo se este pagando en el mercado hasta US$ 0,26 más por kilogramo en cuarta balanza, respecto a los valores promedios históricos, situación que también ocurrió a la inversa en los años de mayores ganancias del VAI.