Con el objetivo de buscar nuevas herramientas que permitan mejorar la competitividad de los productos argentinos, Coninagro presentó un Índice de Competitividad que será una novedosa herramienta para analizar la situación de las producciones de nuestro país. Dicho índice, es una construcción metodológica que permite medir y representar, mediante un único número, la evolución de la competitividad conjunta de nuestras economías regionales argentinas.

Este índice se recopiló a partir de 18 economías regionales, y se realizó un análisis de los últimos tres años. A partir de allí, se definieron siete dimensiones que agrupan el espíritu y las ideas que tiene el índice: recursos naturales, infraestructura, la población, el entorno macro-económico institucional en el cual se desarrollan las economías, el desempeño económico propio de cada economía, el sector externo y la calidad de la diferenciación. Por cada economía regional, Coninagro construyo 24 indicadores y luego los agruparon en dichas dimensiones. Cabe destacar, que estos indicadores intentan medir el concepto que está detrás de cada una de las dimensiones, y finalmente las dimensiones en conjunto confluyen en un índice. Lo relevante de esta situación, es que el índice logrará la competitividad conjunta de las economías regionales.

Asimismo, dicho índice permite que se pueda seguir el desempeño de las economías regionales a lo largo del tiempo; por ejemplo, la evaluación mostró que la competitividad de 2018 fue 1,6 por ciento menor a la que se alcanzó en 2017. A su vez, el trabajo lográ descifrar cuáles fueron los factores que influyeron en el desempeño de la competitividad. Sin embargo, un dato a tener en cuenta, es que el índice no logra generar un análisis comparativo entre las economías. Aun así, este índice sigue siendo importante ya que permite monitorear la competitividad, analizar el impacto de las políticas públicas, indicar fortalezas y debilidades en las cuales enfocar el esfuerzo con una mirada a largo plazo.