La tregua comercial finaliza a principios de marzo, y de no solucionarse, los aranceles impuestos por Estados Unidos a las importaciones de productos chinos se incrementarían del 10 al 25%. En medio de la tregua, China realizó importaciones de soja estadounidense, dando señales de buena voluntad en las negociaciones y con el fin de incrementar sus stocks hasta el ingreso de la producción brasileña. Se estima que el gigante asiático habría comprado entre 7 y 10 mill.tt. entre diciembre y enero. Sin embargo, los altos niveles de stocks en Estados Unidos demuestran el impacto de la guerra comercial, estando muy por encima de lo observado en campañas anteriores.

Además el mercado operó (y opera) con poca información en lo fundamental a causa del paro en la administración de Trump que llevó a un cierre de las oficinas federales de EE.UU. por más de un mes. En medio de la reapertura de las mismas por tres semanas, comenzó a publicarse la información referida a exportaciones semanales y posición de fondos, aunque al momento no se encuentra actualizada la totalidad de información. Uno de los informes más esperados por el mercado fue la publicación del informe mensual de oferta y demanda mundial del USDA del mes de febrero, teniendo en cuenta que el de enero no fue publicado. Sin embargo, no generó grandes sorpresas en el mercado que ya venía descontado en los precios los datos confirmados por el USDA. Hacia adelante, los operadores aguardan las primeras estimaciones de intención de siembra para la próxima campaña en EE.UU. que se darán a conocer en el Outlook Forum del USDA a desarrollarse 21 y 22 de febrero. El mercado estará atento para ver si como consecuencia de la guerra comercial cae el área con soja este año y si es así en qué medida. Estimaciones privadas hablan de una caída entre 1 y 3 mill.has.

La presión bajista de precios de la guerra comercial se ve contrarrestada por caída en la producción sudamericana, principalmente en Brasil. Al comienzo de la campaña las estimaciones se ubicaban en un rango entre 122 y 125 millones de toneladas. Afectado por la seca en las principales regiones productivas, las mismas fueron revisadas a la baja tanto por consultoras privadas como por el USDA en aproximadamente 10 millones de toneladas. Además, Brasil arrastra una gran caída en los stocks tras las intensas compras de China en medio de la guerra comercial. A causa de ello, se adelantó la siembra y por ende la trilla, que se encuentra más de 10 puntos porcentuales por encima de campañas anteriores. Con respecto a nuestro país, siguen estimándose buenos niveles de producción de soja a pesar de los excesos de humedad en suelos en el noreste. Fuentes locales mantienen las estimaciones en 53 mill.tt, mientras que el USDA la ubica en 55 mill.tt. Las mermas productivas a causa de lluvias, se verían compensada por mayores rindes en áreas no afectadas. De confirmarse la cifra, estaríamos en una campaña de casi 20 millones de toneladas por encima de la anterior.

Los precios a nivel local se ven presionados a pesar de los factores alcistas de la soja, reflejando un retraso en el ritmo comercializado. Según datos arrojados por el Ministerio de Agricultura, se lleva comercializado solo el 10% de la soja de la campaña 2018/19, muy por debajo del 24% a misma fecha del año anterior. Esto nos hace prever que una necesidad de ventas por parte de los productores podría llevar a una mayor presión de precios en cosecha.

Para aquellos que no hayan realizado cobertura alguna, esperaríamos el precio en 250 US$ como disparador de ventas. Sin embargo, como por ahora estamos lejos de este valor, el mismo podría obtenerse dividiendo la entrega comprometiendo la mitad en el mes de mayo y el saldo en noviembre con un precio de venta promedio de 249 US$.

Fuente: Centro de Gestión Agropecuaria