“Las condiciones ambientales son determinantes para que una enfermedad que un año es una anécdota pase a ser una epidemia en otro año”, afirma Margarita Sillón, anunciando algo del panorama sanitario del cultivo de soja. Sucede que cuando se combinan altas temperaturas y alta humedad, la mayoría de los hongos se encuentran frente a las condiciones ideales y eso está ocurriendo hace más de un mes y medio en zona núcleo. Directora Centro de Sanidad de Cultivos - ‎Universidad Nacional del Litoral (Argentina)

Vamos por la calidad de la cosecha. La fitopatóloga Margarita Sillón advierte que, en esta campaña, en el caso de soja podemos llegar a encontrarnos con dos grandes grupos de enfermedades: las ocasionadas por hongos del suelo o que van en la semilla y generan podredumbre de raíz o del tallo; y aquellas en las que los hongos generan enfermedades foliares en la soja. “Para el primer grupo tuvimos todas las características. Las lluvias muy frecuentes generan las condiciones ideales para determinados hongos que ocasionan dumping off o podredumbre de preemergencia. Allí ya vimos, en la primera parte de la campaña, una serie de problemas de resiembra”. Esto se vio reflejado en la necesidad de conocer la sanidad de la semilla sembrada, y del uso de fungicidas curasemillas.

“Ahora que ya está todo sembrado, mal o bien, en una campaña como la que tenemos, van a quedar muchas menos hectáreas que en un año común”. El criterio que apunta la Ing. Sillón es “a  lo que queda, debemos cuidarlo lo mejor que se pueda. Tenemos que apuntar a que en aquellos campos que lograron sortear la fase de inundación y el primer mes de soja y tienen los cultivos implantados, puedan- aprovechando la tecnología del uso de fungicidas- llegar a una cosecha de calidad. Sino no vamos a tener ni cantidad ni calidad”, advierte.

Panorama de enfermedades foliares. Ahora, con lo que queda en pie, vemos el panorama de las principales enfermedades foliares. Dentro de ellas se da la combinación de las lluvias frecuentes para una de las enfermedades más comunes en la soja que es la mancha marrón, un hongo que permanece en el rastrojo y se reproduce de un año a otro. Este necesita lluvias frecuentes para producir un constante salpicado desde esas estructuras del hongo en el rastrojo, a las hojas del cultivo. “Esas condiciones este año las tenemos. Hay que esperar un incremento de ese hongo en los próximos 30 días”, anuncia la investigadora. Se trata de un hongo que vale la pena controlar para que no ascienda sobre la planta haciendo que sus lesiones necróticas (tejido muerto), avancen. “Una planta de soja que tenga el 50% de la parte inferior con tejido necrótico se va a seguir defendiendo, pero eliminando lo que no puede sostener, es decir, las flores y las vainas, justamente lo que el productor quiere proteger- explica Sillón- Ahí tenemos que ejercer nuestro control”.

La otra enfermedad importante en zona núcleo sobre la que nos advierte Margarita, es el tizón por cercospora kikuchii, un síntoma también de necrosis foliar en el estrato superior del cultivo. “El productor lo que ve es un color violeta o marrón desde la hoja hacia adentro. Ese hongo también puede afectar la calidad. Un ataque muy importante en una combinación de temperatura y humedad – este hongo puede sostenerse muy bien a 30 °- puede generar defoliación en la parte alta del cultivo”. Esto lo han comprobado en ensayos experimentales. “Una gran defoliación en el estrato superior del cultivo, en pleno llenado del grano, va a cortar ese proceso. En nuestros ensayos experimentales, los tratamientos sostienen un área verde más alta y permiten un mayor peso de los granos”. 

¿Enfermedades de “fin” de ciclo? Este es un nombre que, a criterio de la fitopatóloga, quedó anecdótica. “Hace muchos años, la atención que había que ponerles a las enfermedades estaba ubicada en R5, es decir, en el llenado de los granos. Ya se habían formado las vainas y se empezaban a llenar los granos y ahí era donde progresaban la mayoría de las enfermedades, por eso se llamaban de fin de ciclo. Pero algunas enfermedades empezaron a aparecer antes por la acumulación de años de monocultivo de soja, asociado al rastrojo que fue quedando. Y hoy esas enfermedades, como mancha marrón, están desde floración, que no es el fin del ciclo de la soja. Hay que empezar a cambiar el paradigma. Hoy hablamos de enfermedades que ocurren en pleno ciclo reproductivo del cultivo”.

Recomendaciones. La primera recomendación que la investigadora aporta al productor o al técnico es que monitoree al cultivo desde los estados vegetativos. “Sin el monitoreo y la revisión sistemática del cultivo poco podrá hacer al momento del control. Con el mejor fungicida, si llegamos tarde, la eficacia de nuestro trabajo va a bajar muchísimo. Tenemos que tomarnos en serio que no hay un fin de ciclo en soja, sino que el monitoreo empieza en estados vegetativos del cultivo”. Este nos puede dar la idea de cómo llega esa soja a floración. A partir de ahí los monitoreos deberían ser sí o sí semanales, recomienda la investigadora de la UNL, y tener la idea de cómo va evolucionando esa enfermedad. Cuando la tasa de incremento empieza a llamar la atención, lo importante es un control con fungicida que va a ser, desde el punto de vista del concepto, preventivo. “Esto último no entendido como que “no hay nada y por las dudas aplico fungicida” sino que yo ya detecté los primeros síntomas y a medida que voy revisando el cultivo, veo que la enfermedad comienza a evolucionar. Hoy las aplicaciones en la mayoría de los lotes están entre R3 y R4, pero en un año con mucha lluvia y temperaturas combinadas de entre 24 y 35° pueden aparecer antes. Tengo que estar atentos a que en R2 a lo mejor llego a un nivel de enfermedades que vale la pena controlar”.

Por otro lado, advierte Margarita, ya se detectó el primer foco de roya de la soja en Uruguay. Para el área del litoral que además está teniendo muchas lluvias, a estar atentos.

Solución Adama. Juan Pablo Cristofalo, Responsable de Desarrollo Técnico de Mercado de Adama para la zona norte de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos brinda la recomendación de la compañía: “Acadia Bio es nuestro fungicida premium que combina protección contra factores bióticos (enfermedades) y factores abióticos (ambientales). Tanto déficits como excesos hídricos causan estrés en los cultivos, y en esta medida Acadia Bio es la herramienta adecuada para disminuir el nivel de estrés, además de controlar las enfermedades”.

Una planta estresada no lleva a cabo los procesos metabólicos en forma completa dentro de cada célula que componen su tejido y a consecuencia de esto, se generan metabolitos intermedios que son tóxicos para las plantas. “Acadia Bio estimula las células de los tejidos vegetales al generar agentes detoxificantes de estos compuestos nocivos”, explica el Ing. Ag. Cristofalo. “Una planta protegida de las enfermedades y de los factores abióticos estresantes, es una planta que promete un rendimiento superior en cantidad y calidad”.

“A su vez, con la aplicación de Acadia Bio, sumamos un servicio de seguimiento satelital del lote tratado para que el productor pueda complementar sus recorridas de monitoreo con las imágenes satelitales de su lote, a través de la plataforma Auravant. Recomendamos al productor que se acerque a su distribuidor en zona para recibir información sobre Acadia Bio y ADAMA SAT”, concluye.