El equipo de especialistas en pradera del INIA liderado por el Dr. en Ecología Carlos Ovalle actualmente trabaja en el establecimiento de este cultivo bajo condiciones de suelos y clima del secano costero.

Los especialistas de praderas del INIA analizan cómo podemos introducir este material a otras zonas del país donde la principal limitante es el agua.

En el marco de un proyecto chileno – australiano, investigadores del INIA lograron encontrar una alfalfa tolerante a estrés hídrico, luego de una rigurosa estrategia de colecta y selección de variedades de alfalfa.

Se trata de la variedad Sardi Grazer, alfalfa seleccionada de origen australiano con introgresiones provenientes de alfalfas nativas o naturalizadas de Afganistán y de Irán.

Fue elegida en Chile por su buen comportamiento durante la realización de los ensayos, destacando su aptitud para soportar condiciones de sequía en ambientes mediterráneos y su capacidad de tolerar el pastoreo. Soporta el pisoteo y el consumo directo de los animales.

Se tiene cifrada altas expectativas de lo que resulte en el proceso de adopción de esta variedad. No obstante, existen además otras alfalfas que también formaron parte del proceso de selección que son alfalfas ancestrales y que ofrecen altas expectativas ya que han tenido una evolución natural y una selección pasiva a la sequía, salinidad y tolerancia al pastoreo. Según palabras del experto en ecología Carlos Ovalle Molina, “el potencial del germoplasma de cultivos silvestres para mejorar la tolerancia a la sequía en la alfalfa es muy alta y posee condiciones ideales de adaptación al estrés hídrico”.

Luego de varias temporadas de evaluación en nuestro país, variedades de alfalfa tales como WL 903 HQ, SardiI Ten y otras alfalfas de corta dormancia, fueron establecidas en ambientes reales del secano interior para su validación a través de unidades demostrativas tanto en predios de los productores como en el Centro Experimental INIA Cauquenes, en la zona del secano interior de la región del Maule “La idea de hacer una validación es promover el cultivo de alfalfa como alternativa forrajera de alta calidad nutritiva y adaptada a las condiciones de la zona, entre los pequeños y medianos agricultores del secano”, asegura el doctor Ovalle.

El paquete tecnológico fue ajustado con el correcto manejo agronómico de la especie y actualmente está disponible a los productores durante el 2019.

El ingeniero agrónomo, Dr. en Ecología Carlos Ovalle, quien encabeza esta iniciativa, explica que en el caso de Sardi Grazer, esta variedad de alfalfa se adapta muy bien en zonas de secano de nuestro país, cuyos ambientes presentan condiciones de severo estrés, provocado por las condiciones de escasez de agua, suelos con baja fertilidad y altamente erosionados. “Estamos seguros que estas alfalfas además del secano costero mediterráneo de nuestro país, van a andar bastante bien en determinadas áreas del país que tienen condiciones de sequía, como por ejemplo, la Provincia de Petorca”.

Cabe recordar que el equipo de investigación realizó un proceso de colecta de alrededor de 70 ecotipos, todos materiales genéticos provenientes de diversos ecosistemas del mundo que presentan problemas severos de cambio climático y sequía. Estos lugar fueron Kazakhstan, Mongolia Interior, sur de Australia, China y norte de Chile. En nuestro país se realizó colectas en Azapa, Camarones, San Pedro de Atacama y La Serena, Norte grande y Norte chico. También se hizo un esfuerzo de colectar ecotipos magallánicos, resistentes a bajas temperaturas y vientos. Destaca el caso de las alfalfas Alta Sierra, las que fueron traídas por los españoles en la Colonia, estableciéndose en los valles del desierto y zonas del altiplano.

Durante 2019 y en el marco del proyecto chileno-australiano, se entregará una muestra de semilla de la variedad de alfalfa (libre de costo) a productores entre las regiones VI, VII, VIII y IX, para establecer este cultivo en condiciones de secano, a través de un plan de transferencia tecnológica del INIA, principalmente a los beneficiarios del Indap, con quienes se trabaja en un programa de seguimiento y extensionismo, abarcando desde el establecimiento de la semilla, desarrollo y cosecha en sus predios.

Además, se está generando material de divulgación como boletines y fichas técnicas que incluyen el manejo agronómico del establecimiento tales como preparación de suelo, época de siembra, dosis de semilla, control de malezas, fertilización, las limitaciones que tiene el cultivo, por ejemplo, que no tengan exceso de humedad los suelos en el invierno, pues la alfalfa no prospera en esas condiciones, es decir, todo el manejo que se requiere para un correcto establecimiento

Alfalfa

La alfalfa es un cultivo forrajero importante y ampliamente adaptado, que se siembra para heno, pastoreo y ensilaje en más de 80 países alrededor del mundo en 35 millones de hectáreas.

La alfalfa posee un profundo sistema radicular que puede alcanzar hasta 5 m de longitud, una raíz pivotante principal muy desarrollada que le permite obtener agua en estratas inferiores de suelo, y muchas raíces secundarias, por lo cual resiste bastante bien la sequía al tener raíces con un gran campo de acción.

El gran plus que tiene trabajar con alfalfas en secano, es prolongar el período de crecimiento por lo menos 50 a 60 días dado que la alfalfa crece en base a las reservas de agua que hay en el perfil del suelo, lo que no pueden realizar las especies anuales que poseen raíces muy superficiales.

La alfalfa subsiste varios meses de sequía, y al recibir las lluvias de otoño e invierno, rebrota desde su corona, que es una estructura de reserva de la planta, produciendo gran cantidad de tallos y hojas.

El manejo del pastoreo en alfalfa es un tema bien estudiado. La alfalfa, explica Ovalle posee un ciclo determinado. “Hay que respetar los períodos de rezago. Se deja descansar o reposar entre 30, 40 ó 50 días, dependiendo la estación del año”. En zonas de riego, agrega el experto, la alfalfa puede dar hasta 6 cortes. Es una planta que puede crecer entre 60 y 70 cms. de altura “Necesita períodos de corte y reposo para volver a crecer, hacer sus reservas en la corona y a partir de esas reservas de carbohidratos volver a crecer. Cuando hace más frío reposa más y cuando hace menos frío reposa menos”.

El programa del proyecto no se detiene. La idea, asegura Carlos Ovalle, “es ampliar la base genética y poder continuar con otras introgresiones que permita enfrentar los retos del futuro. “En el proyecto futuro se considera la producción o mejoramiento de nuevos híbridos desarrollados con Medicago sativa (alfalfa) y Medicago falcata, entre otras especies de alfalfas.

Este trabajo se desarrolla en el marco de la iniciativa que se está ejecutando (2018 – 2021) “Estudio del potencial de germoplasma nativo de Alfalfa, para mejorar la tolerancia a estrés hídrico” (Subcontract for the perfomance of services between Minister for Agriculture, Food and INIA). Es la continuación del primer proyecto que se tituló “Uso de cultivos naturales o ancestrales para el desarrollo de cultivares de alfalfas tolerantes al estrés hídrico y su extensión a agricultores de subsistencia en Kazakhstan, China y Chile” ejecutado por el INIA y el gobierno de Australia a través del Ministerio de Agricultura de Australia) y financiado por Global Crop Diversity Trust, institución sin fin de lucro cuyo trabajo es preservar la diversidad de los cultivos en orden a proteger la seguridad alimentaria global.

El trabajo lo lleva a cabo un equipo de científicos del Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA con el financiamiento del Ministerio de Agricultura de Australia.

En Chile, esta iniciativa es liderada por el Dr. Carlos Ovalle y el Dr. Alan Humphries como coordinador general. El equipo del INIA lo integran Viviana Barahona, Teresa Aravena, José Cares, Soledad Espinoza y Luis Inostroza. Participan además, científicos de las Universidades de Talca, y de Concepción, como también, investigadores de Kazajstán, Mongolia Interior y Australia a través del Instituto de Investigación y Desarrollo de Australia.