La temperatura media del aire en la superficie mundial fue de 14,7 grados centígrados en 2018, a solo 0,2 grados del récord histórico. Y lo que es peor: este 2019 seguramente será más cálido todavía.

Con las notables y deshonrosas excepciones de Donald Trump y el ‘primo de Mariano Rajoy’, nadie duda de la existencia del calentamiento global y sus tremendas consecuencias en el planeta que habitamos. Y los datos refrendan la preocupación existente en torno al devenir del cambio climático en los próximos años.

No en vano, el curso que acabamos de cerrar -2018- ha sido el cuarto más cálido de la historia desde que existen registros, según ha indicado el Servicio de Cambio Climático de la Unión Europea, Copernicus. La racha abrasadora se produjo debido a una enorme acumulación de gases de efecto invernadero que, efectivamente, se han producido por obra y gracia del ser humano.

En concreto, la temperatura media del aire en la superficie mundial fue de 14,7 grados centígrados en 2018, a solo 0,2 grados del récord histórico. Y lo que es peor: este 2019 seguramente será más cálido todavía: desde el organismo europeo alertan de que los eventos climáticos dramáticos como el verano cálido y seco en grandes partes de Europa o el aumento de la temperatura en las regiones árticas seguirán protagonizando la escena medioambiental en el día de hoy.

El cambio climático está provocando huracanes mucho más destructivos, según la ciencia

Para muestra, un botón: en 2018, California y Grecia sufrieron graves incendios forestales; Kerala, en India, sufrió las peores inundaciones desde la década de 1920 y las olas de calor llegaron desde Australia hasta el norte de África. Además, alrededor de la Antártida, la extensión del hielo marino se encuentra en un mínimo histórico a principios de 2019, según el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de Estados Unidos.

El informe de Copérnico afirma que las concentraciones de dióxido de carbono que atrapan el calor en la atmósfera aumentaron a un nuevo récord de 406,7 partes por millón (ppm) en 2018, frente a las 404,1 ppm en 2017, un hecho provocado en gran parte por la quema humana de combustibles fósiles.

Tendencia preocupante

Por si alguien pudiera pensar que lo sucedido el pasado curso es algo puntual o que no responde a un problema estructural, nada más que mirar la tendencia que se reproduce ejercicio tras ejercicio. Así pues, los últimos cuatro años han sufrido las temperaturas medias más altas desde que comenzaron los registros en el siglo XIX: 2016 fue el más caliente, impulsado por un evento de El Niño que calentó la superficie del Océano Pacífico, pero también 2015 y 2017 batieron muchos registros en las tablas históricas.

Pero sigamos desgranando los datos: la temperatura global promedio en los últimos cinco años fue 1,1 grados superior a la que teníamos en los tiempos preindustriales. Una cifra que concuerda con las preocupantes previsiones del último informe sobre el clima de la ONU, según el cual las temperaturas actuales subirán 1,5 grados centígrados respecto a esos tiempos preindustriales.

Mantener ese aumento por debajo de ese margen es el gran objetivo alcanzado por más de 200 países el pasado año en Polonia, marcando un objetivo todavía más ambicioso (y difícil) que el establecido en el Acuerdo de París de 2015. Un reto casi imposible en tanto que una de las naciones más contaminantes del mundo, Estados Unidos, planea retirarse de cualquier iniciativa que luche contra el cambio climático y, lo que es peor, Trump ha defendido promover de nuevo los combustibles fósiles (como carbón y petróleo) en el país.

Por Alberto Iglesias Fraga
Fuente: TICbeat