Con firmeza en los precios, productores que no tienen apuro por vender y una industria frigorífica cautelosa al momento de comprar, el mercado de haciendas gordas sigue encontrando el equilibrio justo.

Desde Salto, el consignatario Francisco Cánepa, principal del Escritorio Ruben F. Cánepa afirmó a El País que el exceso de pasto está deteniendo alguna venta, al igual que la vacunación contra fiebre aftosa -que comienza el viernes 15- está corriendo decisiones hacia más adelante.

A modo de referencia dijo que el novillo gordo se paga entre US$ 3,20 y 3,25 por kilo, pero aclaró que en su caso, por ganado muy bien terminado y proveniente de verdeos, hizo negocios a US$ 3,30 por kilo.

Para la vaca gorda marcó valores de entre US$ 3,05 y US$ 3,08 y contó que en el caso de la vaquillona, los precios están bastante cercanos a los del novillo: valen entre US$ 3,15 y US$ 3,18 por kilo (en caso de animales muy buenos).

Cánepa sostuvo que en el norte del país “no es tan escasa la oferta” o por lo menos en el caso del escritorio que dirige. Dijo ver una industria que “está cautelosa pero que mantiene los valores”.

A su vez, las cargas del ganado comprado están cortas, porque van entre una semana y no más de nueve días.

“Se encontró un punto de equilibrio, las plantas frigoríficas logran comprar igual, no hay intensión de baja de precios, pero tampoco creo que puedan cambiar los valores hacia arriba”, admitió el consignatario salteño.

Al igual que en otras zonas del país, también en el norte los ganados de reposición continúan escasos y “hay más pedidos que oferta”.

Según Cánepa, para todo los “novillos grandes, vacas de invernada y ganado de cría, hay una intensión de compra muy alta, pero continúa habiendo una escasa oferta”.

La abundancia de pasto que hoy se ven en los campos, está ayudando mucho a mantener los precios del ganado gordo, porque el productor no tiene apuro por vender y los animales siguen ganando kilos.

Hay que recordar que, según una proyección del Instituto Plan Agropecuario, las existencias totales de novillos continuarán bajando y quedarán en niveles históricamente bajos, incluso, en los menores en casi 40 años. A través de un análisis de la faena, Esteban Montes, técnico de la institución, recordó tiempo atrás que “durante cinco años (entre 2012 y 2016) los novillos se mantuvieron en valores de faena algo inferiores a 1.1 millones de cabezas y los vientres marcaron el ritmo de la faena total. Sus bajas o alzas determinaron las mayores o menores faenas totales de vacunos de este período. En 2017 la faena de novillos sobrepasaron ese guarismo para ubicarse en valores cercanos a 1.150.000 cabezas y en 2018 se venían perfilando para definitivamente tomar la posta”, reconoció Montes. Entre la faena total del 2018 y la de 2017 “fue muy importante -casi un 13%- o sea que la faena había comenzado a alto ritmo. Eso estaba marcando por una industrialización de novillos considerable: un 20% superior a 2017.