Presente en la nafta en forma de etanol o en un vaso de leche por la alimentación de las vacas, el maíz se encamina a dar la sorpresa en la campaña agrícola 2017/2018. Y, cada vez más, se acerca a la soja

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en su último Panorama Agrícola Semanal, aumentó la estimación de la cosecha del cereal en dos millones de toneladas. Así, siempre y cuando el tiempo acompañe, el maíz alcanzaría un volumen de 45 millones de toneladas: un récord de producción.

De concretarse esa cifra, serían apenas ocho millones de toneladas menos que la soja, que alcanzaría los 53 millones de toneladas.

La cosecha récord llevaría al producto bruto de toda la cadena de maíz, que incluye desde la inversión y el gasto en insumos para la producción hasta los servicios, impuestos y las divisas por exportaciones, a 10.850 millones de dólares, un dos por ciento más que la primera estimación que había hecho la Bolsa de Cereales con un volumen de 43 millones de toneladas.

"Se están viendo maíces muy buenos en el campo", dice Alberto Morelli, presidente de la Asociación del Maíz y el Sorgo argentino (Maizar). El área sembrada ya era récord: 5,8 millones de hectáreas. Pero las lluvias, que en el norte castigaron a los cultivos y la ganadería, fueron beneficiosas en buena parte de la zona núcleo (norte bonaerense, sur de Santa Fe y sur y centro de Córdoba). "Se proyectan rindes por sobre los promedios de las últimas campañas", informó la Bolsa de Cereales porteña.

El gran salto del maíz se dio a partir de la campaña 2016/2017, la primera que se sembró completa sin retenciones, y la cosecha creció 29,6% respecto del ciclo 2015/2016. El año pasado, por la sequía, la cosecha tuvo una fuerte caída, pero ahora todo parece indicar que habrá un récord. Sin embargo, para los productores habrá un sabor agridulce: en septiembre pasado el Gobierno reimplantó los derechos de exportación en $4 por dólar exportado, que equivalen a un impuesto de 10%. Además, tienen que enfrenar un escenario de precios que no será fácil. Brasil, el segundo exportador mundial, debe comenzar su "safrinha", o siembra de segunda, y Estados Unidos, primer productor mundial y en una guerra comercial con China que deprime las commodities agrícolas, comienza a especular con el área sembrada para la campaña 2019/20. "Conviene capturar precios en los mercados de futuros", recomienda Morelli.