De la mano de Claudio Molina llega un nuevo informe de biocombustible. Esta vez, el escrito arranca con las expectativas que provocó el nuevo cambio de funcionarios. De esta manera, la primera nota de la página Surtidores, se titula así: “La industria de los Biocombustibles exige un tratamiento tributario diferencial”.

Aquí, el director ejecutivo de la AABH, explica que “Hasta ahora, la línea de pensamiento del Gobierno Nacional ha sido no aumentar las regulaciones. Lo hizo solo una vez, con el aumento del contenido de bioetanol en las naftas al 12 por ciento en abril de 2016. Luego, se opuso a aumentar el corte obligatorio. No parece que en este último año, cambie su parecer, más bien, podría buscar un aumento del consumo voluntario de biocombustibles, homologando incluso a los motores flex fuel para fomentar el consumo de bioetanol”.

A su vez, destaca que “Es inviable aplicar a los biocombustibles la regla bueno, bonito y barato, mientras los consumidores argentinos son presos de las imperfecciones comentadas en el mercado de combustibles líquidos” y agrega lo siguiente: “El problema central pasa por los precios relativos del biodiesel con el gasoil y del bioetanol con la nafta”.

A estas problemáticas se suma un pedido por parte de los empresarios y gobernadores. Como escucha a los reclamos, “el Gobierno negocia un proyecto de ley nacional para ratificar utilización de biocombustibles”. Con ese título informativo, en internet explicaban que dicho plan se espera a ser lanzado para el próximo período legislativo. Aun así, el presidente espera antes una propuesta formal de la Liga Bioenergética. En el mismo marco, se hace hincapié en que todos los actores están de acuerdo en el desarrollo del mercado interno del bioetanol y biodiesel, pero la gran pregunta gira en torno sobre qué esquema deberá utilizarse.

En este mar de noticias, llegan las siguientes… por un lado, la UE cede y dice que podría haber acuerdo por el biodiesel argentino; por el otro, Lopetegui fija un nuevo precio para el biodiesel con una suba de 5,6%. La información, las acciones y las decisiones, continúan moviéndose en una corriente que no termina de decidirse si la situación de dicho combustible será buena o mucho peor.