Hay que tener en cuenta que si bien la mayoría de las lagunas tienen un buen nivel hídrico, puede haber sectores con poca profundidad donde la temperatura del agua aumente lo suficiente como para que algunos ejemplares de determinadas especies puedan morir. Cuando hay alta temperatura en el agua se produce una disminución en los niveles de oxígeno disuelto en la misma y esto contribuye al hecho que se puedan producir mortandades.