Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), los productores agropecuarios de los departamentos de Nueve de Julio, Vera, General Obligado y San Javier, en la provincia de Santa Fe, podrían perder 230,7 millones de dólares de ingresos brutos como consecuencia de las inundaciones.

Los cultivos analizados para la campaña 2018/2019 fueron maíz, soja -tanto de primera como de segunda-, girasol, algodón y sorgo. Desglosado por cultivos, la estimación de pérdidas de ingresos en maíz para el norte santafesino es de US$104,4 millones, US$52,3 millones en soja de primera, US$47,7 millones en soja de segunda, US$17,4 millones en girasol, 5,9 millones de dólares en algodón y 3 millones de dólares en sorgo.

Con respecto al maíz, el documento indica: "En la delegación Avellaneda (que comprende a los departamentos citados) la Secretaría de Agroindustria de la Nación estimaba que el área a sembrar con maíz podía alcanzar las 218.500 hectáreas. Al 10 de enero se encontraban sembradas apenas 68.000. Las 150.500 hectáreas que aún no se sembraron tendrían tiempo para hacerlo hasta los primeros días de febrero según el estado de los lotes. Nuestras estimaciones -conforme opiniones calificadas de ingenieros de la zona- es que el 70% de esa área no será sembrada con maíz, lo cual implicaría una pérdida de ingresos brutos para el sector productor de aproximadamente 87,7 millones de dólares".

Los profesionales de la entidad rosarina indicaron que, lamentablemente, este terrible evento meteorológico aparece en diciembre y enero de este año, complicando el período de siembra del maíz tardío.

Otro motivo por los cuales no se sembraría maíz en las próximas semanas es que se trata de un cultivo que demanda fuerte inversión y muchos productores después de este golpe climático se muestran reticentes a erogar los costos de implantación. Además hicieron hincapié en el lamentable estado actual de muchos de los lotes, luego de las lluvias e inundaciones.

Por otra parte, se perdería el 20% de las 68.000 ha sembradas en la zona hasta el 10 de enero de 2019. "A un rinde promedio de 58 qq/ha, esto generaría una pérdida de ingresos para el sector productor de 11,3 millones de dólares, indica el informe.

"El 80% de las 68.000 hectáreas sembradas con maíz en la zona hasta el 10 de enero de 2019 registrarían una pérdida promedio en el rinde de 7 qq/ha. Esto generaría otra pérdida de ingresos adicionales para el sector de 5,4 millones de dólares", explican.

Soja y girasol

"Con todos estos supuestos adoptados y si realmente se confirman, el norte santafesino -luego de este desastre meteorológico- podría contar con 258.000 toneladas de soja de primera cuando en realidad se esperaban al inicio del ciclo unas 477.000 toneladas. En consecuencia, según nuestras estimaciones, se podrían perder cerca de 219.000 toneladas de soja de primera lo cual implica una caída en los ingresos brutos del productor de 52,3 millones de dólares", indica el documento.

A su vez, según información de la Secretaría, la Delegación Avellaneda tenía un área de siembra prevista con soja de segunda en la campaña actual del orden de las 105.000 ha. El 50% de esa área se sembró entre el 13 de diciembre de 2018 y el 10 de enero de 2019. Se estima que por el evento meteorológico se habrían perdido cerca de 26.200 ha. Pero el área que soportaría el evento (las otras 26.200 ha) podrían llegar a tener un rinde menor de 18 qq/ha. Habrá que ver la evolución del clima en los próximos días para ver si se confirma estos supuestos.

Se estima que unas 39.000 hectáreas podrían incorporarse como resiembra o nueva área de siembra en las próximas semanas, lo cual permitiría moderar las pérdidas. Aun simulando este escenario favorable (de muy difícil concreción e imposible en ciertas zonas), según nuestros cálculos se perderían cerca de 200.000 tn de soja de segunda respecto de lo que se esperaba al inicio de la campaña, lo que implica una pérdida de ingresos para el productor de 47,7 millones de dólares.

El girasol en el norte santafesino tiene su ventana de siembra desde el mes de julio a setiembre de cada año. La cosecha se efectiviza entre mediados de diciembre y fines de enero.

"Estimamos que los 4 departamentos sembraron este año una superficie cercana a las 139.000 ha. Al 17 de enero, según opiniones calificadas, se habrían cosechado cerca de 63.000 ha. Unas 76.000 hectáreas estarían sufriendo actualmente este desastre climático. Estimamos una pérdida de rindes promedio de 5 quintales por hectárea. Si no hubiera sucedido este evento, la zona podría haber registrado una producción total de 234.000 toneladas de girasol a lo largo de toda la campaña. De acuerdo a nuestras estimaciones, el final de la campaña encontraría a esta área geográfica con 155.000 tn. Esa pérdida de 79.000 toneladas de girasol representa un total de U$S17,4 millones.

Cómo se realizó el estudio

La cuantificación final de pérdidas va a depender de la evolución de las condiciones climáticas futuras. No se han incluido en el presente informe otras pérdidas derivadas de otros costos ocultos, como cosechar con niveles de humedad, estar obligado a embolsar mercadería, erogaciones adicionales por roturas de maquinarias y equipos, necesidad de acondicionar infraestructura de caminos para poder acceder a los campos, etcétera.

También es importante destacar que el potencial de producción de los cultivos en estas fechas tardías es de por si menor al que podría lograrse en otra ventana óptima de siembra. Es muy probable que se intente aplicar el mínimo de tecnología posible en las nuevas siembras (como por ejemplo no fertilizar los maíces, etc), consigna el reporte.

Según la entidad, también hay que tener en cuenta los temores de los productores ante un evento climático tan grave. Muchos si no tienen cierta certidumbre del clima futuro (febrero-marzo) posiblemente no arriesguen nuevas siembras o resiembras. Esto podría aumentar la estimación de pérdidas. Otro tema relevante es el financiero. Ante el escenario de altas tasas de interés actuales, las pérdidas de capital de trabajo de los productores será muy grave y desalentará las futuras siembras e inversiones en el sector, indica.

En este primer informe preliminar la entidad registró tres variables: las pérdidas de ingresos brutos futuros de los productores por no poder sembrar ciertos cultivos, los ingresos brutos futuros por área no cosechable y también las pérdidas de ingresos brutos futuros por caídas en los rindes promedios producto del evento climático.

"No se han computado las erogaciones adicionales que deberán ejecutarse para efectivizar la resiembra de algunos cultivos. Tampoco se computaron las seguras pérdidas por calidad que se presentarán al entregar la mercadería a puerto y/o fábrica", aclararon en la entidad.