A fines de 2018, Finistrerre Ventures publicó "Agtech Investment Review", un repaso anual de los números de inversión en agtech con un foco particular en la actividad de América Latina. El informe contó con la participación de actores relevantes del ecosistema emprendedor local y regional, como SP Ventures, Glocal y NXTP, entre otros.

Los datos del informe pueden dividirse en dos grandes segmentos. Por un lado, las estrategias de las grandes corporaciones para subsistir en un mercado en el que los precios de los productos básicos del agro se estancan, donde se intensifican las presiones de los consumidores y aumentan los costos. Por otro lado, desde una perspectiva más alentadora, la evolución del mercado de las agtech en la región.

Respecto de las grandes corporaciones, el informe señala que las empresas tienen la necesidad de encontrar estrategias para sostener su rentabilidad y soportar las presiones mencionadas. La fusión y adquisición ha sido la alternativa hasta el momento.

Los ejemplos más resonantes son la compra de Monsanto por Bayer y Syngenta por ChemChina. También se fusionaron Dow con DuPont (para formar Corteva) y Agrium con PotashCorp (para formar Nutrien).

Tal vez estas fusiones y compras han hecho a las corporaciones más eficientes, pero el desafío que enfrentan ahora es cómo innovar y agregar valor a la cadena en un nuevo escenario. Parece que una vez más la respuesta está en la compra, pero de pequeñas agtech que resultan prometedoras.

A nivel mundial, el capital total invertido en agtech hasta octubre de 2018 era de US$1600 millones y se habían cerrado 209 acuerdos. Particularmente en América Latina, las inversiones superaron los US$120 millones, pero gran parte de esta cifra se la llevó la empresa brasilera CargoX que recaudó US$60 millones apoyada por Goldman Sachs, Qualcomm Ventures, Soros Fund Management y Oscar Salazar.

CargoX es una plataforma que intenta corregir el desequilibrio entre la oferta y la demanda de transporte para productos agrícolas, haciendo coincidir a las empresas con los camioneros que tienen exceso de capacidad. La integración de una base de datos con dispositivos GPS ayuda a los productores a localizar al conductor del camión más cercano.

El "Agtech Investment Review" destaca también el volumen de actividad en la Argentina. Las iniciativas privadas como las del Fondce y la estimulación de clusters tecnológicos en ciudades centrales como Rosario fomentan la colaboración y la innovación. Las startups pasaron de recaudar US$3 millones en 2012 a más de US$27 millones en 2017. Si bien el dato del 2018 no está estimado, se espera que haya sido mayor.

Una de las empresas paradigmáticas en nuestro país es Bioceres, que desde su fundación obtuvo inversiones de capitales corporativos y recientemente anunció una fusión inversa con la firma de capital privado Union Group.

Los servicios basados en el conocimiento, dentro de ellos algunas agtechs, son el tercer exportador de la Argentina.

Recientemente se anunció el proyecto de ley para impulsar las actividades de la economía de conocimiento con el objetivo de no solo darle continuidad al marco legal de la actual ley de promoción del software, sino lograr un proyecto superador que da un horizonte de certidumbre para crear más y mejor empleo de calidad como el que genera la industria del conocimiento en general.

Este nuevo proyecto de ley contempla, además de la industria del software como la ley actual, biotecnología, servicios geológicos, servicios profesionales (siempre que sean de exportación), Investigación y desarrollo experimental, nanotecnología, Industria aeroespacial y satelital, inteligencia artificial, robótica e Internet industrial, Internet de las Cosas, sensores, manufactura aditiva, entre otros.

Sin dudas, ante estos desafíos que nos enfrentamos entre la producción y los consumidores estas medidas ayudan a generar un ecosistema en la Argentina para multiplicar la creación de empresas, empleos y oportunidades.