En la zona núcleo, la secuencia trigo/soja de segunda sería la ganadora de la campaña agrícola actual. Los satisfactorios rindes y los altos precios del cereal izan hasta el tope el margen bruto de esa alternativa hasta casi duplicar el correspondiente al de la soja de primera, que se ubica en segundo término, y al del maíz temprano, que le sigue a poca distancia. El maíz tardío es el más rezagado, por los menores precios que se obtienen en la época de cosecha, aunque también hay que considerar que, en general, se siembra en lotes de menor potencial que los que se destinan a cultivos tempranos.

Los cálculos anteriores fueron hechos por el consultor Julio Lieutier, quien tomó 50 quintales por hectárea como rendimiento de trigo y los rindes históricos de la zona norte de Buenos Aires para los demás cultivos. En el modelo, los precios considerados fueron US$200 por tonelada para trigo; US$145 para maíz temprano; US$140 para maíz tardío y US$240 para soja de primera y de segunda.

Clima adverso

"La relación de márgenes entre trigo/soja y soja o maíz de primera es de casi dos a uno con los precios y rindes considerados", afirma Lieutier, aunque aclara que hay mucha variabilidad en los rendimientos del cereal como consecuencia de las heladas de octubre y principios de noviembre, que afectaron al trigo en formación de granos. También hay lotes que aún están sin cosechar hacia el este de la zona núcleo porque han recibido 500 milímetros en los últimos 50 días.

Los problemas climáticos también afectaron a la soja. Muchos lotes de primera estuvieron encharcados, lo que provocó la muerte de plantas. Debieron resembrarse y siguieron recibiendo lluvias después. También hubo problemas para implantar la soja de segunda. Es decir, el panorama productivo está por definirse aún. Los márgenes de todos los cultivos dan resultados positivos en campo propio. La situación cambia en campo alquilado, donde solo el doble cultivo muestra resultados que justifiquen el riesgo.

Financiación difícil

Con soja y maíz de primera, en cambio, prácticamente se cambia la plata con rindes históricos y con un alquiler de 16 quintales por hectárea de soja. Los rindes de indiferencia en estos campos son, en trigo, 35qq/ha; en soja de segunda, 21qq; en soja de primera, 42qq; en maíz de primera, 92qq, y en maíz de segunda, 102qq. También hay que considerar el costo de la financiación.

El productor que debió financiar los insumos a un costo de 12% anual en dólares, por ejemplo, carga con una mochila que representa US$35 por hectárea en maíz. Hacia adelante hay mucha incertidumbre por este tema. "Ya se acabaron casi todas las compras con tarjetas con precios pesificados y largos períodos libres de interés. Las tasas son muy altas y continuarían en esas condiciones en la próxima campaña. Hay mucha preocupación de los productores por el resultado final si sigue manteniéndose este costo del dinero y un tipo de cambio que se actualiza menos que la inflación", concluye el técnico.