Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana, es uno de los objetivos históricos del Plan de la Patria 2013-2019, tarea fundamental delegada por el Comandante Hugo Chávez, en el cual, en dicho objetivo plantea la necesidad de construir un modelo económico productivo ecosocialista basado en una relación armónica entre el hombre y la naturaleza, que garantice el aprovechamiento racional y óptimo de los recursos naturales, respetando los procesos y ciclos de la naturaleza para lo que se hace necesario proteger la soberanía permanente del Estado sobre los recursos naturales, para el beneficio de nuestro pueblo, quien es su principal garante.

En este sentido, el Gobierno Bolivariano, a través del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Agricultura Productiva y Tierras (MinPPAPT), ubicado en el estado Mérida, viene trabajando el área de la agricultura familiar desde hace una década, en la cual, se han validado varias prácticas agroecológicas en diferentes cultivos y diferentes pisos altitudinales, sin embargo, pese a mejorar la calidad y cantidad de productos obtenidos, no ha sido cualificada la sustentabilidad, en pequeños espacios.

Este trabajo se hizo con el apoyo de una tesista de la Escuela de Geografía de la Universidad de Los Andes (ULA), la cual ha venido trabajando en una propuesta metodológica que refleja la realidad agrícola familiar venezolana en sus diferentes ámbitos geográficos con el fin de tener una armonía entre el contenido teórico y la formulación de políticas sobre la Agricultura Familiar (AF) en el contexto latinoamericano y mundial.

Por ello se llevó a cabo la identificación de los agrosistemas familiares en la zona piedemontina andino lacustre entre los estados Mérida y Zulia con la finalidad de realizar una propuesta conceptual, tipológica y metodológica sobre agricultura familiar y agricultura urbana venezolana, que no sólo tome en cuenta el tipo de mano de obra sino las unidades de producción y su relación con el mercado, así como, su sustentabilidad en el tiempo.

Se seleccionaron cuatro tipos de criterios: a) el criterio de la mano de obra donde la fuerza de trabajo la provean los miembros de la familia, recurriendo a la utilización de mano de obra externa cuando la disponibilidad de mano de obra familiar se haga insuficiente. b) criterio de mercado, la AF va al mercado a través de sus excedentes. c) criterio económico, la AF permitirá a la familia beneficiarse de la producción, ya sea para el autoconsumo, por trueque, o por la venta de los productos. Y por último, d) el criterio de sustentabilidad donde debe garantizarse que la unidad productiva genere beneficios a la familia, a la comunidad y al ambiente.

De esta manera, se definió a la Agricultura Familiar como la agricultura de carácter campesino rural, indígena o urbano, donde el predominio de la fuerza de trabajo sea familiar, busque su diversificación y su sustentabilidad, por lo que su campo de acción son extensiones de terreno “pequeñas” en función a su localización geográfica. Incentivando al productor hacia la agroecología. Es decir, la AF debe utilizar o producir los insumos que le provea el medio, para que pueda ser económicamente viable y realice una contribución al ambiente, que ayuden a mejorar la calidad de los suelos y mejore las condiciones ambientales de los agrosistemas.

Asimismo se definieron cuatro tipos de agricultura familiar: productores familiares de autoconsumo, productores familiares en transición, productores familiares con rubro consolidado y productores familiares diversificados. Dentro de los cuales se definieron tres tipos de unidades de producción: huertos familiares, patios productivos y parcelas productivas, las cuales se diferencian en el tamaño de la superficie destinada a la producción agrícola, la incorporación de producción vegetal y/o animal, los ciclos de los cultivos, el tipo de mano de obra, el uso de insumos biológicos, el mercado, entre otros.

Como parte de la propuesta teórica-metodológica, también se definió la Agricultura Urbana (AU) como aquella que incluye todas las prácticas agrícolas, generalmente combinadas, con producción de animales menores, en porciones de terreno ubicadas dentro de un centro poblado urbano; estás pueden ser de naturaleza familiar, comunitaria e institucional. Mientras que la agricultura periurbana responde a la producción de alimentos agrícolas, pecuarios, acuícolas, forestales y de procesamiento que permite el autoconsumo y puede estar ligado a un mercado local, por considerar espacios de terrenos más grandes a los encontrados en el ámbito urbano; estas pueden ser de naturaleza familiar, comunitaria, institucional o comercial.

Concluyendo así que no toda la agricultura urbana es familiar porque en dicho proceso se agregan el aspecto comunitario e institucional donde el trabajo es compartido por actores no consanguíneos y no toda la agricultura familiar es urbana como se considera actualmente en Venezuela.

Este estudio fue validado con más de 50 unidades de producción (UP) en áreas urbanas y periurbanas de la zona de estudio (eje panamericano Mérida – Zulia). El estudio de línea base detalló que las unidades familiares son más sustentables a medida que se integren más de dos subsistemas, así como la diversidad en la producción y el interés del grupo familiar en aprovechar el espacio de sus UP.

Otra característica de las unidades familiares sustentables son los ciclos de los cultivos, toda familia necesita a diario alimentarse, por lo que las unidades con diversidad de cultivos de ciclo corto (acelga, cilantro, cebollín, vainita, berenjena, calabacín, pepino, ají dulce, remolacha, lechuga, pimentón, tomate, frijoles, auyama) son más sustentables que unidades que sólo tengan cultivos de ciclo medio (yuca) y/o largo (frutales).

Existe una diferencia espacial entre la agricultura familiar en áreas urbanas a la agricultura familiar en áreas periurbanas. Siendo éstas última quien brinda mayor diversidad en cultivos por la disponibilidad de espacio, por lo cual, aparte de generar alimentos diarios (ciclo corto) se ve beneficiada por cultivos de ciclo medio y/o largo. Las unidades familiares en áreas periurbanas son capaces de generar alimentos para autoabastecerse y llevar los excedentes a un mercado local. En los casos estudiados en el municipio Sucre del estado Zulia, la producción familiar consolidada del rubro principal no sólo genera ingresos, sino que el grupo familiar se relaciona en el proceso comercial y de transformación del rubro.

Los resultados arrojan que en dicha zona es posible encontrar unidades de producción (huertos, patios y parcelas productivas) que se asocian directamente con las categorías de productores familiares. Cabe resaltar, que aproximadamente el 80% de las UP estudiadas, fueron establecidas en febrero-marzo del 2016, presentando buenos resultados en menos de un año.

Se aplicó la metodología del MESMIS (Marco para la Evaluación de Sistemas de Manejo de Recursos Naturales incorporando Indicadores de Sustentabilidad), para evaluar el nivel de sustentabilidad en éste momento, demostrando que entre mayor es el espacio disponible, mayor diversidad de cultivos se pueden encontrar. Por lo que se concluyó que la agricultura familiar en áreas urbanas y periurbanas es sustentable y más en tiempos de guerra económica, en la cual las familias venezolanas sin importar su localización geográfica son capaces de proporcionar una producción confiable, estable (no decreciente) y resiliente; brindando flexibilidad (adaptabilidad) para amoldarse a nuevas condiciones y poseer un nivel aceptable de autodependencia (autogestión) para responder y controlar los cambios inducidos.

Este estudio es perfectamente extrapolable a otras zonas geográficas que presenten condiciones similares en cuanto a su relieve, dejando claro que la diversidad territorial limita a establecer una definición en base a la cantidad de tierra, puesto a que la realidad geográfica de las diferentes regiones es una restricción importante.