Sabemos que la Argentina no es único formador de precios ni en soja ni en maíz, ni en trigo. También sabemos que estamos en un mundo totalmente globalizado, hipercomunicado, con noticias que llegan al instante y con líderes mundiales cada vez más "especiales" y usuarios activos de las redes. A Trump ya lo teníamos en esto, ahora se suma Jair Bolsonaro en Brasil.

Trump cambió las reglas de juego con sus principales socios comerciales, estos respondieron y en el medio se dan cruces de tuits que generan movimientos en los mercados.

En este contexto, los clásicos fundamentals de la oferta y la demanda van perdiendo fuerza para definir expectativas de precios a futuro. Tenemos un ejemplo claro y fresco con lo que ocurrió este año con los precios de la soja. A partir de mayo, y en solo dos meses, en Chicago bajó 80 dólares la tonelada y en la Argentina 60 dólares.

El principal factor de mercado fue la decisión de Trump de aplicar impuestos a productos de origen Chino. Es verdad que, si bien no fue en origen un "clásico elemento de oferta y demanda", hoy sí modificó por completo el balance, dejando a Estados Unidos con stocks finales que son más de tres veces los de 2016/17 y más del doble de 2017/18.

A los cambios internacionales, obviamente tenemos que agregar los locales, como las retenciones. Entonces, sumamos: la Argentina como seguidor de precios internacionales+pocos compradores+productores atomizado=es difícil que el productor tenga poder de modificar la tendencia de precios locales.

Mercados de futuros

¿Qué hacemos? Usar los mercados de futuros y opciones es una muy buena alternativa para poner pisos de precios a la producción.

Al comenzar a escribir esta nota, tenía en mente una hipótesis y era que los productores agrícolas argentinos, a pesar de invertir muchos dólares en distintas tecnologías, usan muy poco los mercados de futuros y opciones. Entonces recordé una nota donde el presidente del Matba, Marcos Hermansson, comentaba que se había operado un volumen récord en 2018. Así empecé a darme cuenta que, si bien mi hipótesis sigue vigente, viene cambiando favorablemente.

La realidad es que el uso de estos mercados resulta bajo si consideramos las toneladas operadas versus la producción total y la cantidad de participantes versus el total de productores.

El siguiente cuadro resume las toneladas (en millones) operadas para los tres principales productos agropecuarios en el Matba. Desde enero al 23 de noviembre de cada año analizado.


Toneladas operadas en el Matba en 2012, 2017 y 2018

Se confirma lo comentado arriba. Este año es récord en volumen operado, inclusive por encima de 2012, el récord anterior. Hay mucho para seguir creciendo, ya que estamos hablando de volúmenes operados de entre 30 y 40 millones de toneladas cuando la producción estimada ronda entre 114 y 125 millones de toneladas para estos tres granos. También salta a la vista que la soja se lleva otro podio: es la número uno en el Matba.

Si comparamos volumen operado versus volumen de producción, la soja es la ganadora, ya que se opera entre un 30 y un 35% de lo producido. Mientras que maíz y trigo, en general, llegan tan solo al 10%/15% según el año.

Otro dato importante es ver la escasa participación de las opciones en el volumen total operado. En soja y trigo, los contratos de futuros representan el 77%, repartiéndose el resto con similar porcentaje entre las opciones call y put. En tanto, en maíz el 85% de lo operado es en futuros y un mínimo volumen en opciones.

Las opciones son una herramienta muy buena para un productor, ya que, usando estrategias simples y clásicas, no representan riesgo, tienen un costo bajo y actúan como buena cobertura para poner pisos, guardando la posibilidad de capturar subas posteriores.

Este año tan particular, un productor que hubiera comprado previo al desplome de precios (que no esperábamos ocurra), un put y/o vendido futuro+compra de call, con un costo promedio de tan sólo cinco dólares por tonelada hubiese evitado perder entre 40/50 dólares por tonelada del total de la caída del mercado.

Maíz y soja

¿Hoy los precios a cosecha para soja y maíz no resultan interesantes para vender? ¿No cierran? La realidad es que, en general todos deseamos que haya elementos que reviertan la tendencia y que veamos subas importantes.

Pero en el corto plazo no se vislumbra un elemento que nos permita decir "quedate sin hacer nada que ya va a subir". Puede aparecer un elemento inesperado alcista, como apareció el bajista en mayo.

¿Puede Trump encontrar la vuelta para seguir negociando cómo achicar el déficit comercial con China sacando de lado a los productos del agro?

¿Los chinos pueden decidir aprovechar los bajos precios de Chicago y comprar fuertemente?

¿El clima de Sudamérica puede provocar caídas de producción? (esperemos que no)

Ante tanta incertidumbre internacional y local, para un productor que invierte muchísimo capital y trabajo para obtener su grano sentarse una o dos horas con un contacto de confianza, ya sea corredor, asesor, capacitador, comprador, etcétera que le muestre las alternativas de cobertura en los mercados de futuros y opciones es una gran inversión.