"El sendero que desde el ciclo 2016/17 había tomado la agricultura, ponderando las rotaciones con las gramíneas de trigo y maíz parece haber alcanzado su techo e iniciado la caída", advirtió el reporte.

Según la GEA, a principios de julio, cuando se cerraba la siembra de trigo, crecía la tendencia a sumar más hectáreas al maíz. "Se esperaba una siembra de casi 1,25 millones de hectáreas en la zona núcleo. El índice de rotación de la región mostraba que por cada hectárea con gramíneas se iban a sembrar menos de 2 hectáreas (1,94) con soja. Pero tras la falta de agua en plena siembra del cereal y frente a la incorporación de los derechos de importación quedaron de lado unas 180.000 hectáreas de maíz. Así, la relación sube un 11% a favor de la oleaginosa respecto de lo que se estimaba en julio. Es decir, por cada hectárea con trigo o maíz habrá 2,16 con soja". Agregó que son numerosos los lotes que no pudieron sembrarse con maíz de primera y que, "en lugar de reprogramarse para siembras tardías, pasarán a la soja".

Paso atrás: Según la Guía Estratégica para el Agro, son numerosos los lotes que no pudieron sembrarse con maíz de primera y que, "en lugar de reprogramarse para siembras tardías, pasarán a la soja"