Así se desprende de un informe realizado por los economistas Adrián Gutiérrez Cabello y Agustina Ciancio, de la Escuela de Economía y Negocios de la Universidad Nacional de San Martín.

Según el trabajo, que considera datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), la producción primaria emplea a más de 48.700 trabajadores. En tanto, las etapas industriales de la cadena suman más de 36.000 empleos. En total, hay más de 85.000 personas vinculadas en forma directa al sector.

Con un mercado interno estancado en el consumo, el estudio pone las expectativas de crecimiento y derrame en la economía justamente en las exportaciones. El año pasado, el país vendió en valor unos US$720 millones de productos lácteos, con el 40% de la canasta exportadora con leche en polvo. Además, Brasil, el principal destino individual, representó el 38% de las exportaciones en valor.

En 2018, en volumen las exportaciones ya tienen una suba acumulada del 25%. En este contexto, según el trabajo, ya para 2019 para mantener el ritmo de crecimiento deberían destinarse a la exportación de manera adicional 482 millones de litros de leche, lo que significa una expansión de casi 4,8% en la actividad tambera.

Según el informe, aproximadamente cuatro de cada diez empleos que se generarían en la cadena serían en el sector primario, vinculados a los tambos, la producción de forraje y los servicios agropecuarios. Un tercio de los nuevos puestos de trabajo se crearían en el sector industrial.

En forma análoga, por cada peso de valor agregado generado en la industria láctea se producirían otros tres pesos en forma adicional en el resto de la economía, según el informe.

"De cumplirse con las expectativas de generación de empleo, de acuerdo a los salarios netos medios por rama de actividad estimados para el 2018, la masa salarial se incrementará en 3000 millones de pesos, donde gran parte del empleo generado se produciría en localidades del interior, y que favorece el arraigo de la población", señala el trabajo de la Escuela de Economía y Negocios de la Universidad Nacional de San Martín.

En diálogo con LA NACION, Gutiérrez Cabello indicó que, de mantenerse el nivel de crecimiento en las ventas al exterior de este año, esto se reflejará en la generación de divisas por derechos de exportaciones y en puestos de trabajo. Vale recordar que la leche no tenía retenciones -el gobierno anterior las había bajado a 0%-, pero el gobierno actual puso una retención de $3 por dólar exportado.

"Si se sigue la inercia del crecimiento de este año y se mantiene el ritmo, el sector crecerá un 25% en dólares (de exportaciones)", explicó. Aclaró que no será un proceso automático con un sector interno deprimido. "La cadena se recuperará a mediano plazo y con la gimnasia exportadora el precio se ajustará, indefectiblemente", precisó.

En cuanto al crecimiento del PBI por el aumento en litros de leche exportados equivalente, se generaría un impacto en la economía del 0,056%. Se prevé que esta expansión no sea solo a partir de la mayor actividad en los tambos y en la industria láctea, sino también por la mayor demanda de granos forrajeros y pasturas y la industria de envases plásticos y cartón, sumado al transporte y a los servicios indirectos.

"Si bien el tambo es una actividad primaria, es generador de valor porque convierte el grano en leche", destacó Gutiérrez Cabello.

Para los expertos, con ventas extra al exterior por más de US$177 millones, luego el fisco tendría ingresos por retenciones de 490 millones de pesos, netos de reintegros.

"El crecimiento de la actividad económica a través de las exportaciones permite un aumento genuino de la recaudación fiscal, sin caer en la necesidad de aumentar o crear nuevos impuestos", remarcó Gutiérrez Cabello.

Vale recordar que hoy los tamberos siguen reclamando que se acelere la recuperación de los precios cobrados. Según el último informe de FADA, en septiembre pasado el rojo de los tambos se estiró hasta $2,23 por litro. Además, según Coninagro, el año pasado cerró un tambo por día. Tras una reciente reunión en la cartera de Agroindustria, representantes de la producción criticaron la falta de avances por la crisis de rentabilidad.