El nuevo informe del USDA ajustó el balance de oferta global de soja, a partir de caídas en la producción en Estados Unidos y en la Argentina, con el dato nada menor de la caída en las importaciones de soja por parte de China.

Comenzando por los ajustes en la producción, en EE.UU. se proyectan ahora 125,18 millones de toneladas, versus 127,63 millones estimadas en el informe del mes anterior. A pesar de esta baja, el volumen continúa siendo récord histórico. El otro ajuste el USDA lo hizo sobre la producción en la Argentina, estimando ahora 55,5 millones, frente a los 57 millones calculados el mes anterior y respecto de los 37,8 millones de toneladas producidos en la fatídica cosecha 2017/2018.
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Pero el dato que a mi análisis resulta sorprendente es la caída de cuatro millones de toneladas en las importaciones de soja por parte de China. Contra el volumen de importaciones estimados en 94 millones en el informe de octubre, en este último trabajo de noviembre se proyectan 90 millones de toneladas a ser importadas por el gigante asiático, cayendo también respecto del volumen importado durante la campaña 2017/18, de 94,13 millones de toneladas.

Este es el primer año que China quiebra su tendencia de aumento creciente, año tras año, en el volumen de sus importaciones de soja, al menos en la magnitud de caída de 4 millones de toneladas. Sí es cierto que los principales perjudicados en esta guerra comercial entre China y Estados Unidos han sido los farmers americanos. Y esto también se explica por la caída de las exportaciones de soja americana, que el USDA explicita muy bien en este último informe, ahora está proyectando exportaciones de soja por 51,71 millones contra 56,06 millones proyectados en el informe de octubre.

¿Qué puede haber cambiado la tendencia firme en la demanda de soja importada que venía sosteniendo China durante la última década? ¿Hubo cambios en la dieta de las raciones para balanceados? ¿Surtió efecto la sustitución de las importaciones de soja americana por otros sustitutos proteicos? ¿O estamos ante una caída en el ritmo del crecimiento económico que está afectando el consumo interno?

Podemos decir que son una suma de factores los que están impactando, comenzando con una merma de 1 millón de toneladas en el volumen de molienda y en el consumo doméstico interno en China y la sustitución de otros derivados proteicos en las raciones para consumo animal, además de la caída en las exportaciones de soja americana a dicho país.

Y la frutilla del postre, el fuerte aumento de las existencias finales de soja en los Estados Unidos, hoy estimadas en 26 millones de toneladas, equivale a un aumento del 118% respecto de las existencias de la cosecha 2017/2018, de 11,92 millones de toneladas.

En algún momento del nuevo año comercial, las existencias de soja en Estados Unidos van a presionar los precios a la baja y el farmer se podrá decidir por sembrar menos soja y más maíz para la próxima campaña 2019/2020. Este es a mi entender el fantasma bajista para la próxima cosecha de soja 2019 en la Argentina. Haciendo la aclaración del impacto que podrá tener en el mercado el comportamiento del clima en nuestro país de aquí y hasta el comienzo de la cosecha.

Como dato de la realidad basta ver la experiencia sufrida por los productores por el impacto de la sequía ocurrida en el verano de 2018 y las posteriores excesivas lluvias en cosecha ocurridas durante el otoño. Por ello, aclaramos que vemos potencial de baja en el mercado siempre y cuando no tengamos problemas climáticos. Con este escenario por delante, los US$247 por tonelada a los que se cotiza la soja Mayo en el Matba, ¿no será un precio para vender?

Por: Pablo Adreani