Un economista de la firma INTL FCStone, que brinda desde servicios financieros hasta de poscomercialización en diversos mercados, expresó sus dudas sobre un cierre inmediato para la guerra comercial entre los Estados Unidos y China, que en el caso de los productos del agro tiene foco en la soja.

"La mejor ventana para resolver la guerra comercial será del 6 al 30 de noviembre, en la cumbre del G20. Después de eso, podría ser mucho tiempo", sostuvo Arlan Suderman, economista en jefe de commodities a nivel mundial de la empresa.
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Para el experto, que brindó una disertación para los clientes y público en general esta semana, es poco probable que ambos países logren un acuerdo en ese período. Pero podría ocurrir un cambio de escenario si el presidente de China, Xi Jinping, pierde apoyo del partido comunista por el impacto en la economía del conflicto o Donald Trump sale debilitado tras las elecciones legislativas del 6 del actual.

En este contexto, el especialista también habló del efecto del brote de peste porcina africana en China. "Tiene el 55% de los cerdos del mundo y es el conductor número uno de la inflación de alimentos en ese país, principal impulso de la inquietud social", señaló.

Agregó que este episodio es "potencial para la destrucción de la demanda de proteína de soja". Añadió: "Las posibles implicaciones para las exportaciones de carne de cerdo, aves de corral y carne de res podrían ser significativas".

Mientras tanto, Ricardo Passero, jefe de commodities en la Argentina de INTL FCStone, analizó la situación del mercado local. "Atravesamos una tormenta perfecta en 2018 con la caída de la producción local de cerca de 30 millones de toneladas en maíz y en soja, el conflicto entre los Estados Unidos y China, la devaluación y la vuelta de las retenciones", dijo.

"Esperamos una recuperación de la producción en 2019. En el complejo sojero el escenario es disruptivo, con una exportación que tiene mayor capacidad de pago que la industria, como consecuencia del conflicto entre China y Estados Unidos, y la desaparición del diferencial en materia de derechos de exportación", agregó.

Para Passero, "hoy parece ser negocio moler soja en el resto del mundo, con márgenes de molienda creciente", mientras que, dijo, en la Argentina "la situación es diferente".

"La industria está afectada para defender el poroto para molienda; estamos importando soja de Estados Unidos y exportándosela a China. Estamos compitiendo con orígenes con márgenes de molienda muy superiores", apuntó.