Durante las últimas dos décadas se produjo un importante cambio sobre el abastecimiento de semillas forrajeras utilizado por nuestro país. Especialmente sobre las especies forrajeras Festuca alta y Rye Grass anual, dos de las gramíneas de mayor participación en la conformación de pasturas templadas locales, el cambio realizado no solo ha sido grande sino también estructural. Hace 20 años el 65% de la semilla ofrecida en el país provenía de importaciones y el 90 % realizado desde Estados Unidos, semillas producidas en el estado de Oregon.

Las condiciones climáticas del valle de Oregon, conocido como Willamatte valley, son casi únicas y difíciles de encontrar a nivel mundial. Con un régimen hídrico adecuado en cantidad y optimo en su distribución anual, permite realizar la cosecha de semillas con un bajísimo riesgo de ocurrencia de lluvias y temporales. Este factor determina que la zona posea una fuerte cultura de producción de semillas de gramíneas forrajeras, con alta aplicación de tecnologías y rendimientos de semilla que hasta triplican los obtenidos en nuestra región.

Durante los últimos años, el impacto de la importación de semillas en estas dos especies ha bajado del 65% mencionado arriba a menos del 15 % sobre la oferta total. Esto se debió a una fuerte decisión de las empresas del sector de trabajar más profesionalmente sobre la producción de semillas en la región.

El mes pasado, un grupo de técnicos especialistas de la empresa Gentos S.A. visitaron el valle de Oregon, con la clara intención de corroborar y validar tecnologías que hoy están siendo aplicadas en la producción local de semillas, y también lograr acuerdos que permitan traer nuevas medidas tecnológicas que colaboren con la maximización de los rendimientos obtenidos.

Se visitaron empresas privadas, fabricantes de maquinarias agrícolas y universidades, como la Universidad Estatal de Oregon (OSU), y se concentraron las temáticas en los siguientes aspectos:
•          Tecnologías de cosecha. Hilerado y cosecha o cosecha directa analizando los momentos más adecuados para cada especie e inspeccionando maquinarias específicas, hileradoras, plataformas, recolectores y componentes diversos de las cosechadoras.
•          Sistemas de aireación, que permiten realizar cosechas anticipadas disminuyendo los riesgos climáticos en cosecha.
•          Avances en manejo post cosecha, tecnologías y maquinarias de procesamiento y tratamiento de semillas.
•          Protocolos tecnológicos para los diferentes cultivos, densidades de siembras, dosis y momentos de fertilización, usos y dosis de herbicidas para control de malezas, con el objetivo de explorar no solo elevar los potenciales de rendimiento sino también la maximización en calidad de semillas.
•          Sistemas de evaluación de potenciales de rendimientos para las diferentes especies forrajeras.
•          Vinculación con la OSU (Universidad Estatal de Oregon) a fin de intercambias experiencias y adaptar su aplicación a los sistemas locales.

Argentina produce en la actualidad 18.5 mil toneladas de semillas de especies forrajeras gramíneas mientras que en el estado de Oregon se producen 270 mil, exportando semillas a todos los mercados del mundo. Nuestra región debe continuar el camino de la tecnificación de estas producciones que permitirán continuar avanzando, no solo en producir las semillas que nuestra región consume, sino también apuntar a continuar incrementando los mercados de exportación hacia el mundo.