Es necesario repensar nuestra relación con la naturaleza y hacer uso de las nuevas tecnologías y las innovaciones actuales y futuras para lograr, no sólo resolver un conflicto histórico, sino también para generar nuevos paradigmas de desarrollo.

Un conflicto histórico

En un fallo histórico que comenzó a dar forma a la solución de un conflicto de más de 70 años, la Corte Suprema de Argentina ordenó en 2017 que la provincia de Mendoza, junto con la provincia de La Pampa, definieran dentro de 30 días cómo manejar el caudal mínimo del río Atuel para permitir la restauración del ecosistema afectado en el noroeste de La Pampa por las represas de Los Nihuiles.

El tribunal superior argentino ordenó que en 120 días las dos provincias, junto con el Gobierno Nacional, presentaran un plan de trabajo para establecer un caudal de agua en el río Atuel que recompusiera el ecosistema y permitiera alcanzar un manejo inteligente y sostenible del agua.

Se trata de un conflicto que lleva muchos años. A principios del siglo XX, el flujo del río Atuel comenzó a disminuir debido a la construcción de obras hídricas y represas privadas, hasta que en 1947 Mendoza inició la construcción de una presa que terminó secando el noroeste de la provincia de La Pampa. Las aguas del río Atuel dejaron de llegar a los pueblos pampeanos de Santa Isabel y Algarroba del Águila, por lo que cientos de habitantes comenzaron a abandonar sus casas, mientras que el departamento mendocino de General Alvear seguía creciendo. Así fue como La Pampa empezó a depender económicamente de Mendoza.

Para ese entonces, la Corte Suprema ya había dictaminado en 1987 que el río era interprovincial. Además, la sentencia concedía a Mendoza un cupo para el riego de 72.000 hectáreas en el sur de la provincia -en las áreas de General Alvear y San Rafael, y la exhortaba a adoptar medidas para volver más eficiente el riego. Así, el excedente de agua para Mendoza resultante de la cuota otorgada por el fallo obligaba a la provincia a negociar y “hacer acuerdos interprovinciales” para beneficiar a La Pampa al mismo tiempo.

Por su parte, La Pampa alegó que la sentencia nunca se implementó e inició una demanda en 2014 por daños ambientales y sociales, exigiendo un continuo flujo de 4,5 metros cúbicos por segundo para reparar el daño ambiental, mejorar el sistema de riego mendocino, y construir un embalse.

Durante las audiencias públicas que se llevaron adelante en la Corte Suprema durante el 2017, La Pampa denunció que las acciones sobre el río Atuel provocaron una catástrofe ambiental, además de profundos daños sociales, económicos y emocionales en los habitantes ubicados al oeste de la provincia. Por su parte, Mendoza alegó que el 97% del territorio era desértico y señaló (para remarcar su uso eficiente del agua) que los ríos Diamante, Mendoza, Tunuyán y Atuel representaban un 1% del flujo del río Paraná, el segundo más largo de Sudamérica. Además, acusó a La Pampa de hacer obras hidráulicas solamente en la parte este de la provincia.

Nuevos paradigmas y nueva relación con la naturaleza

Estamos al inicio de una nueva etapa en la relación con la naturaleza. Durante un largo período de tiempo, el vínculo del hombre con la naturaleza estuvo dado por la supervivencia (cazadores — recolectores). Luego llegó la etapa sedentaria desde las primeras ciudades hasta el renacimiento pre-industrial (malthusianismo). La tercera etapa y que está finalizando al principio de este siglo es la etapa sedentaria industrial (el dominio de la naturaleza pero también la tragedia de los comunes), que ha significado al mismo tiempo un crecimiento económico significativo con el consecuente aumento de la población y el bienestar global, pero al costo de crecientes e insostenibles impactos ambientales (ej. contaminación industrial, perdida de biodiversidad y cambio climático).

En la actualidad estamos comenzando un nueva etapa (Homo Deus) de relación con la naturaleza, marcada por la innovación y una renovada capacidad de modificar y pero también comprender la naturaleza a niveles inimaginables hasta ahora. En esta etapa que comienza pasa a ser fundamental: a) considerar de manera efectiva la dimensión ambiental, y también b) los escenarios futuros inciertos, para la definición de proyectos y para la gestión de la infraestructura.

Esta nueva etapa es posible porque ha comenzado una nueva revolución del conocimiento, especialmente en los temas relacionados con la vida y los ecosistemas, así como en la tecnología de la información, los algoritmos y la Inteligencia Artificial.

En este nuevo marco es que hemos definido los criterios clave para generar una propuesta de consenso en relación al río Atuel. Criterios que permitan generar las bases para un desarrollo sostenible efectivo en este territorio.

Criterios conceptuales para generar una propuesta de consenso para el río Atuel:

- Mejoramiento de la Oferta Hídrica

- Sostenibilidad de los caudales fijados/acordados por las jurisdicciones

- Fortalecimiento Institucional para la gobernanza de la cuenca

- Adaptación a los Extremos Climáticos


Una propuesta de consenso para lograr el desarrollo sostenible

La propuesta de la Secretaría de Infraestructura y Política Hídrica (SIPH) para el cumplimiento de la Corte Suprema consta de cuatro componentes fundamentales:


1. La Conformación de la Comisión Interjurisdiccional del Río Atuel (CIRA) con participación del Estado Nacional.

En reemplazo de la actual Comisión Interprovincial del Atuel Inferior (CIAI). Además su fortalecimiento institucional a través de las siguientes medidas.

- La creación de un Consejo Consultivo, en el marco de la CIRA,compuesto por Universidades, ONG´s, Municipios, Representantes de la Producción y Comunidades Originarias.

- La creación de un Grupo de Trabajo para el Seguimiento de las Inversiones en materia estructural, en el marco de la CIRA.

- La creación de un Grupo de Trabajo para el Seguimiento de la Evolución de Recomposición del Ecosistema del NO Pampeano, en el marco de la CIRA.

- La creación de un Grupo de Evaluación de Eficiencia de Riego, para la implementación de medidas de innovación tecnológica, en el marco de la CIRA.


2. La implementación de medidas estructurales para sostener el/los caudales acordados por las jurisdicciones: elaboración de un plan de obras.

Este aspecto está compuesto por varios puntos.

- En primer lugar, la SIPH pone a disposición un monto de $ 700.000.000 como contraparte Nacional, asumiendo una proporción tope del 70% para la implementación de aquellas obras consensuadas por las tres jurisdicciones, necesarias para alcanzar los objetivos. La fuente de este recurso es el Fondo Fiduciario de Infraestructura Hídrica (Fondo Hídrico) que podrá ser incrementado por necesidad, de acuerdo a la disponibilidad del momento y con una proporcionalidad a definir.

- En segundo lugar, para la definición de obras se propone una categorización de las mismas: obras de primera generación (prioritarias e inmediatas); obras de segunda generación (de un plazo intermedio); y obras de tercera generación (a largo plazo y de alcance local o microrregional)

- En tercer lugar, teniendo en cuenta dicha categorización, se realizó una identificación de obras estratégicas y prioritarias, siendo estas: ampliación de la oferta hídrica (Agua subterránea: batería de pozos y Agua meteórica: Obras de captación de agua de lluvia); mejora en la conducción del cauce principal (Encauces e Impermeabilizaciones) y mejora en la capacidad de regulación (Reservorios).


3. La implementación de medidas no estructurales

En particular y de manera clave y específica, la instalación de más puntos de monitoreo de cantidad y calidad de agua en tiempo real en posiciones de valor en el territorio de la provincia de Mendoza y de la provincia de La Pampa. La propuesta es sumar a las dos estaciones de monitoreo actuales que instaló la Nación hace unos meses, otros cinco puntos de medición. Resultando así una red operativa de siete (7) estaciones de monitoreo modernas para disponer de información básica para conocer los procesos naturales y para la toma de decisiones.

También la elaboración de Estudios para profundizar el conocimiento hidrológico, hidráulico, hidrogeológico, balance hídrico, ecosistema y un Plan Director para la cuenca.

Presentación de la propuesta para el Río Atuel el 18 de octubre de 2018 en la última reunión de trabajo de la Comisión Interprovincial del Atuel Inferior (CIAI) reunida en Consejo Hidrico Federal (COHIFE) en dependencias de la Secretaría de Infraestructura y Política Hídrica previa a la fecha límite impuesta por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

En el futuro y con más información y mayor capacidad institucional es posible elaborar otras políticas innovadora basadas en el consenso que permitan mejorar las decisiones y aumentar la riqueza.


4. La determinación de un caudal hídrico apto

Luego de considerar los ánalisis realizados por el Instituto Nacional del Agua (INA) por pedido de la Secretaria de Infraestructura y Política Hídrica de la Nación, se propone tomar como valor de referencia al valor medio de los diversos modelos de análisis realizados por el INA, esto es: 3,2 m³/s. Además tomar como un valor inicial de caudal en el límite de ambas provincias, a la mitad de dicho valor objetivo, es decir: 2,2 m³/s.

En otras palabras la propuesta es alcanzar este último valor a la brevedad posible y mantenerlo como mínimo. Luego, una vez definidas las acciones necesarias (obras e inversiones) dar un plazo de desarrollo a esas obras que garanticen el valor de 3,2 m³/s. Esta propuesta de caudal es además, intermedia entre las propuestas que han hecho las provincias (Mendoza: 1.3 m3/s y La Pampa: 4.5 m3/s), siendo aproximadamente tres veces superior a la propuesta de la provincia de Mendoza.

Esta propuesta de caudal representa una primera propuesta para el concenso. El avance de las actividades que se propone lleve adelante la CIRA, tales como estudios y monitoreo, así como las medidas no estructurales en marcha que ofrecerán muchos más datos e información, permitirá definir posible futuros acuerdos relacionados con el caudal y también con las acciones que sean necesarias para restaurar el ecosistema a los niveles definidos por indicadores objetivos a considerarse.

Esta propuesta representa así, una primera base para iniciar una nueva etapa de concenso que pueda lograr con el tiempo el desarrollo sostenible y la gestión inteligente de este territorio.