En forma muy incipiente, el fenómeno de El Niño comienza a manifestarse en el océano. De sostenerse esta tendencia en los próximos meses debería haber un acople con la atmosfera.

Remarcamos que los pronósticos sostienen con altos niveles de probabilidad que este incipiente calentamiento quedará instalado en todo el semestre cálido, sin embargo, la intensidad prevista sigue siendo débil. Parece razonable tomar este indicador como un elemento que mitiga la posibilidad de que se reproduzca un escenario seco persistente como el del año pasado, más que como un forzante que vaya a garantizar una sobreoferta continua de agua.

Recordamos que el análisis del impacto sobre las precipitaciones de estos indicadores debe hacerse al cabo de, al menos, un trimestre. Un evento tan destacado como el recientemente observado en la provincia de BA, no responde a este indicador, sino que es una clara consecuencia de la dinámica atmosférica de la escala regional.

El litoral atlántico bonaerense sigue cálido. Sería favorable un desplazamiento de esta anomalía cálida hacia el norte, algo que por lo pronto apenas se insinúa.

El comportamiento de la temperatura y la humedad durante el mes de septiembre, es evidencia del buen funcionamiento de la zona de alta presión del Atlántico que induce la circulación del noreste y el arribo de masas de aire tropical.

La continuidad de las lluvias en Paraguay influenciando el norte de la Mesopotamia y los estados vecinos de Brasil, también es un factor que denota una dinámica atmosférica apropiada en áreas tropicales. Es decir no se observan indicios de avance de áreas de alta presión sobre el continente que limiten el desarrollo de los sistemas precipitantes.

Contrariamente, la última irrupción de aire frío pone en pausa la recuperación de las lluvias en la zona central que coincide con un alto nivel de demanda. Es posible que el máximo del mes de octubre tenga un desplazamiento temporal y comience a manifestarse con mayor eficiencia recién en la segunda quincena. Sin dudas un pulso seco difícil de sobrellevar para el centro de la zona núcleo, aunque no impone una perspectiva desfavorable para el inicio de la gruesa, aunque es posible que la agronomía deba adaptarse con sus recursos y promover un cambio de estrategia. El escenario climático para noviembre en la franja central ya no presentaría las incertezas del presente y en general sería más favorable. Un evento como el observado en la provincia de BA es perfectamente razonable de esperar para el centro de la zona núcleo. La demanda de lluvias es muy elevada, pero han habido sobrados ejemplos de cambios drásticos en el patrón pluvial durante los últimos años. No hay un motivo específico para que estos eventos no lleguen al centro de la zona núcleo.