Si bien los pronósticos ponían énfasis en que los máximos iban estar desplazados hacia el centro de la Mesopotamia, había justificadas expectativas que permitían pensar un buen abastecimiento de lluvias para la franja mediterránea, al menos hasta la provincia de SF.

Las precipitaciones comenzaron a aparecer sobre el sudoeste de la región pampeana ya durante el miércoles de la semana pasada. Los últimos días de septiembre se caracterizaron por presentar un ambiente muy húmedo y el ingreso del frente que comenzaba a dejar lluvias en LP permitía ser optimistas. El momento clave para el desarrollo del último evento pluvial se observó entre la tarde noche del viernes y la mañana del domingo. El epicentro de las lluvias, lejos de ubicarse en el centro norte de la Mesopotamia, terminó anclándose sobre la cuenca del Salado bonaerense, con tormentas inusualmente fuertes y con una intensidad notable de precipitaciones. Este comportamiento, condicionó fuertemente el avance del sistema frontal sobre la franja central, dado que las lluvias no lograron distribuirse de manera eficiente luego de la descarga tan importante sobre la provincia de BA.

Como puede observarse en el mapa, aparece una vasta zona del centro para el noreste de BA donde las lluvias alcanzaron montos muy sobrados para lo esperado para septiembre. En el corredor que va entre Las Flores y 25 de Mayo, las precipitaciones superaron los 150 milímetros. Fuera de este importante epicentro pluvial los acumulados caen a niveles más normales y se agotan en magros registros hacia las provincias de CB y SF. Desde muchas localidades donde se observaron lluvias superiores a los sesenta milímetros, se reportaron condiciones de tiempo severo con caída de granizo. Favorablemente, hacia el núcleo triguero del sur de BA y si bien las lluvias también fueron importantes, estas condiciones fueron más moderadas, dejando perfiles bien cargados y cultivos que no sufrieron daño. Por otra parte, el mapa es muy elocuente a la hora de mostrar el “hueco” de precipitaciones en la franja central. El salteo fue muy importante. La dinámica del sistema no logró ser eficiente para distribuir las precipitaciones en un área más vasta, generando anegamientos en sectores del Salado y potenciando las deficiencias en CB y SF. El oeste entrerriano también se quedó corto de agua, pero los cultivares venían con mejor nivel de reserva.

Esta falla en la provisión de agua, golpea principalmente al oeste santafesino y al este cordobés, que para completar, ayer recibieron algunas heladas débiles, aunque la situación no puede considerarse completamente ajena a la fecha.

El domingo las lluvias pueden reaparecer avanzando desde CB hacia ER. Entramos en un período crítico, de alta demanda de agua. Los cultivos están vulnerables al estrés hídrico y de no mediar precipitaciones mejoradas en esta primera decena de días de octubre, el trigo cordobés y el del oeste santafesino, necesariamente deberán descontar kilos. Por lo pronto la fina se sostiene en muy buena forma sobre el sur de BA.