Alejandro Sammartino, director Nacional Lácteo, de la Secretaría de Agroindustria, dialogó con Clarín Rural sobre la situación del sector lechero en el marco del 15º Congreso Panamericano de la Leche que se realiza en Buenos Aires.

¿Cuál es la situación del sector lechero?

En primer lugar, la lechería como toda la actividad económica argentina y como le pasa a la ganadería, sufre el impacto de la devaluación y le ha generado de vuelta perjuicios económicos, en el marco de una recuperación de precios que venía teniendo. Al productor le corrieron el arco con alza de costos. Esto se da en un contexto en la cual la lechería argentina está creciendo 8% en términos interanuales, está exportando 26% más que el año pasado y con un precio que venía de alguna manera comportándose en la lógica de lo que estaba pasando en el mercado internacional. Esta devaluación nos obliga de vuelta a continuar ese proceso de recuperación. Si la Argentina vuelve a ser viable en términos macroeconómicos, con la baja de tasas de interés y un dólar más estable, la lechería tiene todas las condiciones para poder recuperarse y continuar esta senda que venía teniendo.

El secretario de Agroindustria, Luis Etchevehere, aseguró en este congreso que el comercio exterior ayudará a recuperar el precio de la leche que se le paga al productor. ¿Coincide que este es el camino?

Lo que ocurre ahora, a diferencia del pasado, es que hay posibilidades de mercados internacionales, que hasta el 2004 no había. El esquema de subsidios y de proteccionismo, por un lado, y la falta de demanda, por el otro, hacía que el mercado internacional no sea viable para países como el nuestro. Luego, en 2004, se eliminan los subsidios y aparece la demanda del sudeste asiático y China, entre otros, demandando más alimentos. A partir de esta fecha se hicieron más atractivos los precios de los lácteos. El problema nuestro fue que desde 2004 hasta 2015 tuvimos un Gobierno que creía que había un conflicto entre la mesa de los argentinos y las exportaciones. Y atentó arbitrando contra la expansión de la lechería a través del comercio internacional. Esta es la primera vez que hay un Gobierno que quiere y puede lograr la idea de un mercado alternativo con saldo exportable y romper el mito que solo aumenta el precio cuando cae la producción. Podemos crecer en producción, exportaciones y en el precio.

En el último año cerraron más de 600 tambos, según el Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA). ¿Cuál es su opinión?

Es un dato relativo. La palabra tambo puede implicar la empresa productora como la sala operativa o el rodeo comercial. Normalmente se monitorean los Renspa (Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios), que con el Senasa estamos blanqueando y actualizando esa base. Porque lo que nos encontramos en los últimos años que muchos Renspa no tenían actividad y no se daban de baja. El Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina (Siglea) nos ha permitido también blanquear aquellos Renspa que no tenían actividad tambo y que eran tambos. Estamos consolidando una base de datos y tomar este dato como objetivo no me parece preciso.

Entonces, ¿no están cerrando tambos en el país?

No, para nada. Sí vemos una situación preocupante y estamos preocupados porque los los productores vienen arrastrando inundaciones, seca y de estos golpazos que son la devaluación en términos de impacto de costos. Pero entendemos que el productor tiene un precio de referencia, que entiende que el precio sube por la demanda. Y empezamos a tener reglas claras que antes no teníamos.Y esa es la expectativa que hoy tienen los productores.