Hace un mes, los granos sin vender sumaban US$ 7.363 millones. El precio internacional de la soja, el maíz y el trigo bajó y en el final de agosto ya no cotizaba tanto: eran US$ 6.545 millones. Para los productores agropecuarios representó una pérdida de 818 millones.

Sin embargo, por el salto del dólar de 28 a 40 pesos, esa reserva de la cosecha pasada llegó a representar una mejora en pesos de 55.636 millones, tomando el valor del dólar a $ 40, con el que todo el mercado piensa hoy al dólar en la Argentina.

Mientras el viernes la divisa estadounidense bajaba a $ 38, la suma (contemplando además los valores actuales de los granos) daba $ 42.500 millones y muchos agilizaban ventas, no tanto por el descenso del dólar, sino especialmente para esquivar el incremento de retenciones mil veces anunciado.

Habrá que ver cuánto queda en los silos (de metal, de cemento o de plástico). Porque para entender bien el impacto combinado entre la baja en el precio de los commodities y la suba registrada en el valor del dólar, hay que analizar qué volumen tienen los productores de grano físico y sin vender y sin fijar precio.

El analista Pablo Adreani, socio fundador de GuruMarket, estima que “los productores tienen un total de 16 millones de toneladas de maíz sin vender; más otros 15 millones de toneladas de soja y 2 millones de toneladas de trigo. En el análisis global estamos hablando de un total de 33 millones de toneladas”.

Los US$ 818 millones menos por baja de precio se explican por la caída de la cotización de la soja, durante agosto, de 285 a 249 US$/tonelada. Un declive similar experimentó el maíz, de 162,5 a 146 US$/tn, y no tanto el trigo, que pasó de 244 a 237 US$/tn.

Pero en las pizarras de la Bolsa de Comercio de Rosario, la soja pasó los 9.000 pesos, el trigo le pisaba los talones, alcanzando 8.000 pesos y el maíz llegó a venderse a 5.500 pesos; tres precios inesperados por todos hasta hace pocos días.

Pone en consideración Adreani que “el beneficio por la mejora en el tipo de cambio es elocuente. El dólar subió de $28 el 1° de agosto hasta el cierre del 30 de agosto de $40. Es nada más ni nada menos que un aumento de 43% en el lapso de un mes…” En su balance, el analista concluye que “la mejora registrada en el tipo de cambio compensó parcialmente la caída –medida en dólares- del capital físico. Porque la baja que se produjo en el precio de los productos representó una pérdida de U$S 818 millones, pero la mejora en el ingreso bruto en pesos también es millonaria. Los 55.636 millones de pesos adicionales representan 1.391 millones de dólares.

En síntesis, reconoce Adreani que el salto del dólar significó “una fuerte ganancia adicional en los ingresos de los productores. Si al ingreso bruto equivalente a US$ 1.390 millones le descontamos la pérdida por baja del mercado de u$s 818 millones, en el análisis global los productores agropecuarios en conjunto terminan ganando el equivalente de US$ 572 millones”.

Ese panorama no puede soslayar que hubo muchos agricultores que padecieron la fuerte sequía del verano pasado, por lo que las ecuaciones de rentabilidad no son lineales. Y también vale tener en cuenta que muchas actividades englobadas en el genérico “el campo” no generan ingreso en dólares como los granos.

Por otra parte, se calcula que en la próxima campaña, con el sistema vigente de retenciones se recaudaría el doble que este año: US$ 4.317 en 2019 contra US$ 2.290 millones en 2018.

La cuenta da así contemplando los mejores pronósticos climáticos. Pero es un escenario que puede cambiar si se modifica el esquema, tal como se supone ocurrirá en cuestión de horas y eso es tomado como un fuerte desincentivo para sembrar, e invertir en insumos y prácticas que mejoran los rendimientos por hectárea. Desde el supuesto de una cosecha récord de 145 millones de toneladas, el ingreso por divisas esperado sería de US$ 31.486 millones, contra US$ 19.700 millones este año.

Adreani calcula que la recaudación en retenciones, de mantenerse el esquema actual, pasaría de un año a otro de US$ 2.290 millones (2018) a $ 4.317 millones. “Es un ingreso extra para el fisco de US$ 2.028 millones de dólares que quizás no lleguen si se cambian las reglas de juego con más retenciones”.