La agricultura es una nave que avanza a toda velocidad transformando el horizonte en un paisaje dinámico. Observar ese horizonte para tratar de encontrar el mejor camino es lo que intentan hacer cientos de productores que están reunidos en Pergamino para el XI Congreso Nacional de Maíz. Y no es casual que el primer bloque temático del evento haya abarcado las nuevas tecnologías para el mejoramiento del maíz.

Desde la domesticación del cultivo en tiempos prehispánicos hasta la actualidad se han desarrollado diversas técnicas de selección y mejoramiento genético, y hoy asistimos a un aceleramiento facilitado por las nuevas tecnologías. Eso fue lo que indicó José Crossa, investigador del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt), quien detalló las posibilidades que ofrece la predicción genómica y el fenotipado de alto rendimiento. “La parte genómica y la parte ambiental nos dan como resultado el fenotipo, siempre hay una interacción de los individuos con el ambiente. Esta interacción se puede explotar”, explicó Crossa, y se preguntó: “¿Cómo acelerar la tasa anual de ganancia genómica?”

La parte genómica y la parte ambiental nos dan como resultado el fenotipo, siempre hay una interacción de los individuos con el ambiente.
La parte genómica y la parte ambiental nos dan como resultado el fenotipo, siempre hay una interacción de los individuos con el ambiente.

El investigador detalló que el mejorador trabaja con los individuos y con sus parientes. “Yo soy lo que es mi mamá y lo que es mi papá, y además soy lo que pasó en la mediosis en el cruzamiento. Yo no soy igual que mis hermanos. Eso es lo que se llama muestreo mendeliano, la diferencia entre hermanos. Para ver esas diferencias se usan los marcadores, que hoy por hoy son abundantes, baratos y de buena calidad. Hay muchos más marcadores que observaciones, por lo que hay que hacer una selección de marcadores”, dijo.

Entonces, en la selección genómica se trabaja a partir de una población que está genotipada, que tiene marcadores, y otra población que no se conoce pero que es la progenie de la anterior población, a la que se le aplica los mismos marcadores. Luego se hacen previsiones del comportamiento de diferentes líneas en el ambiente.

En este proceso, según aclaró Crossa, el uso de imágenes aéreas es muy importante porque hace que el genotipado sea más preciso y más barato, y ayuda al mejorador a tomar decisiones antes, adelantar el proceso del cultivo ya que no tiene que esperar a la cosecha si ve el comportamiento de cada parcela.

Crossa mostró resultados reales de predicción genómica que empezaron a hacer en el Cimmyt años atrás. “A partir de ocho cruzas biparentales en África subsahariana en condiciones de sequía, en un año de selección se logró híbridos que producen 7,3% más, es decir 70,5 kilos más por hectárea por año. Es decir que la selección genómica acelera el proceso de selección genética convencional”, concluyó el científico.

Luego, Santiago Álvarez Prado, del INRA Montpellier, comentó el trabajo que esa institución francesa realiza con la misma técnica para identificar caracteres adaptativos en el genoma de las plantas que permitan mejorar sus rendimientos. “La conclusión es que existe una gran cantidad de alelos relacionados con la adaptación al déficit hídrico o las altas temperaturas pero hasta el momento parece que no han sido utilizados en mejoramiento.

La combinación de predicción genómica con modelos de simulación nos permite integrar estos caracteres y de esta forma manejar, al menos en parte, la interacción genoma ambiente”, explicó Álvarez Prado.

De esta manera, con el manejo de datos masivos e imágenes aéreas se acortan los tiempos para la selección de híbridos que interactúan mejor con cada ambiente.