Chance perdida

Muchos productores están lamentándose de no haber aprovechado los altos precios de la soja y del maíz a fines de abril de este año, cuando todavía no estaba definida la suerte de la cosecha estadounidense y el conflicto Estados Unidos-China no había alcanzado la efervescencia actual. En aquel momento, la soja para entrega en mayo de 2019 se podía vender a US$306 por tonelada y el maíz abril, a US$175. Hoy el mercado ofrece US$275 para la soja y US$162 para el maíz en las mismas posiciones. Por esta razón, los resultados económicos de la campaña gruesa se esmerilaron en los últimos días y ya rendirían menos que un bono en dólares.

En un trabajo realizado por el consultor Matías Amorosi, de la firma AZ Group, se aprecia que, con los precios para mayo de 2019, la soja de primera va a generar un margen neto de solo US$73 por hectárea en campo alquilado de la zona núcleo, si se alcanzan rindes normales. El maíz promete un resultado algo mejor, de 83,9 dólares, mientras que la rotación trigo/soja se lleva las palmas, con US$168, fogoneada por los altos precios del trigo.

Negocio ajustado

Los rindes de indiferencia para cubrir los costos son altos, 36,5 quintales por hectárea para la oleaginosa y 82,5 quintales para el maíz. El doble cultivo requiere 40 quintales de trigo y 21 quintales de soja. La rentabilidad sobre el capital invertido para los cultivos puros es magra: 6,2% para la soja de primera y 5,9% para el maíz. Solo la rotación trigo /soja da un retorno superior a un bono argentino en dólares: 18,3%.

Los márgenes netos para el sur bonaerense son igualmente ajustados. El de la soja de primera cae a US$40,8 por hectárea; el del maíz a US$77,5 y el de trigo/soja, a 134,2 dólares. Los rindes de indiferencia son 28 quintales por hectárea para la soja de primera, 67,7 quintales para el maíz y de 40,8 quintales para el trigo y 28 quintales para la soja de segunda. La primera lectura que se obtiene de estos cálculos es la importancia de tomar coberturas en los mercados de granos cuando los precios son favorables para el negocio. Los resultados esperados daban mucho mejor con las cotizaciones de fines de abril, ya sea tomando futuros, forwards u opciones. Habría que haberlos aprovechado.

El riesgo aumenta

La rentabilidad del negocio agrícola siguió el mismo camino que los precios, para quedar cerca de valores nulos con las cotizaciones que se ofrecen a cosecha. En el resultado también influyen la suba de los precios de los insumos, el alto valor pagado por los alquileres y el aumento de los costos de financiamiento. Con este escenario se incrementa el riesgo del negocio agrícola, situación visible con los elevados costos de indiferencia. Hace dos meses el negocio agrícola 2018/2019 "pintaba" excelente por el aumento de los precios internacionales que había provocado la caída de la cosecha argentina. En ese momento muchos costos se alinearon en esa dirección y al nuevo dólar. Hoy, aquella caída resultó neutralizada por las perspectivas de grandes cosechas en EE.UU. y en Brasil. Estos factores, junto con la guerra comercial desatada por el presidente Donald Trump, determinaron que se baje unos cuantos escalones en la rentabilidad del negocio, que deberá conducirse, como en muchas campañas anteriores, monitoreando frecuentemente todos los instrumentos del tablero.

Por: Carlos Marin Moreno