Luego de haber alcanzado la soja, el día lunes pasado, un pico próximo a $6.500, las jornadas subsiguientes en el mercado doméstico fueron evolucionando en una tendencia negativa. Hoy el precio está en alrededor de $6.000.

Lo curioso es que, así como estos días fueron negativos para el mercado de Rosario, resultaron jornadas de precios sostenidos para Chicago. Así fue corrigiéndose el alza en el diferencial entre el nivel doméstico y el internacional.

Al apreciar estos comportamientos disímiles entre ambos mercados, surge la pregunta de por qué se ha dado ello.

Veamos el porqué de Chicago…

El informe de oferta y demanda del USDA, publicado justamente al día siguiente del mencionado lunes, disminuyó los stocks finales estimados de EE.UU. a consecuencia de una mayor demanda de soja para ser destinada a la industrialización, que responde al mejoramiento del valor de la harina de soja.

Más difícil resulta entender el porqué de la caída del precio en el mercado doméstico. Sobre todo porque la estimación sobre la cosecha argentina sigue en baja, que resultará con un volumen de 20 millones menos respecto al de la campaña anterior.

Al comienzo de la actual, se estimaba una producción de 54 millones de tonelada. Ahora se cree que apenas sería de 37 millones. ¡Una baja del 30%!

Bajas semejantes se registraron en los ciclos 1996/97, 2008/09 y 2011/12. Es cierto. Pero a diferencia de aquellos períodos, ahora es cada vez mayor la participación en la producción y el comercio mundial parte de Brasil que, en lugar de 106 millones de toneladas calculadas al inicio de esta campaña, ahora se prevé un volumen de casi 120 millones. Aunque en menores volúmenes, el fenómeno se observa también en Paraguay.

Pero lo que pareciera ser el puntapié para la baja de los precios internos viene de la mano de la noticia de importación de soja procedente de EE.UU. que actúa como depresor en la pulseada del mercado.

Días atrás, el USDA informó que se registró una venta de soja estadounidense hacia la Argentina de 120 mil toneladas, para envío en el año 2018/19, que empieza el 1ro. de septiembre, ser molida y embarcada al exterior del país. Es la mayor operación desde 1997.

Usualmente, es a partir de octubre de cada año, cuando la industria empieza a tener problemas de abastecimiento de mercadería proveniente del mercado interno.

Y, obviamente, esta fecha habrá de adelantarse.

La capacidad teórica instalada de molienda de oleaginosas supera el nivel de 60 millones de toneladas anuales y, lamentablemente, la cosecha será extremadamente menor a éste.

La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina, informa que la molienda de oleaginosas del año 2016/2017 llegó a los 45,17 millones de toneladas.

Es obvio que no habrá producción local para cubrir las necesidades mínimas de esta industria.

Por lo tanto, la posibilidad de importar soja es clave para el suministro de este insumo de la industria de la molienda. Pero, a su vez, es un resorte considerable como depresor de la suba de precios de la soja en el mercado local.

Y no sólo es una cuestión de la oferta de EE.UU sino también de la de Paraguay y Brasil.