Con las precipitaciones que vienen llegando en esta última semana, sobre todo por su continuidad, volumen y distribución, podríamos decir que la seca va llegando a su fin y con ella el alivio que promete un comienzo para la fina menos angustiante y posiblemente con mejores chances para incorporar área.

Dentro de este contexto es bueno monitorear cómo evolucionan los forzantes climáticos de escala planetaria y regional, para perfilar el desarrollo del trimestre.

El fenómeno de La Niña se ha venido debilitando pero aún está presente. Se prevé que el mismo evolucione hacia la neutralidad durante el transcurso del otoño. Los modelos de previsión convergen sobre el escenario neutral para la salida a la primavera y si bien la seca de Argentina no tuvo como única causa este fenómeno, que el mismo se degrade es una noticia positiva. En el mapa se aprecia el corredor frío sobre el Pacífico central.


Se remarcan las dos anomalías positivas que presentan los dos océanos. Estos calentamientos bien pueden generar un efecto moderador de las masas de aire que irrumpen desde el sur en esta primera parte del otoño y solo quedarían como riesgosas las irrupciones de aire polar, las cuales por lo pronto no se han perfilado con eficiencia como para poder afectar la región pampeana.

En cuanto a la escala regional, la entrada tardía de la actual masa de aire tropical, como una manifestación inusual del verano que ya se fue, favorece el desarrollo de sistemas precipitantes. Los mimos se han dado durante el pasado fin de semana en el corazón de la zona núcleo y por estas horas sobre el sudeste de BA, dos zonas vitales para la fina. Este retorno de las lluvias y sobre todo sin la discrecionalidad que caracterizó el verano, es un indicador que evidencia que todavía hay chances de lograr mejoras en el comportamiento pluvial y alcanzar la meta de los 150 milímetros para finales de abril.

Si luego de este periodo inestable que cierra entre jueves y viernes, progresivamente logra recomponerse el ambiente húmedo, el inicio de la segunda quincena de abril tiene posibilidades de repetir una situación sino similar a la actual, al menos un panorama que puede reforzar la recuperación lograda.

De todas maneras es menester destacar que a finales de abril las zonas agrícolas con pretensiones para desarrollar la fina, tienen que haber logrado acumular un piso de cien y ciento cincuenta milímetros. Cualquier mejora de este piso será bienvenida. Por otra parte el sudeste de BA, cuenta con mayor margen para recuperar humedad, dado que el otoño suele ser productivo en cuanto a lluvias en la zona y las mismas logran incorporarse con mucha eficiencia al perfil.

El noreste del país, no parece inducido a recrear el otoño tan llovedor del año pasado. Esta zona se presenta dividida, el este, sin necesidades hídricas acuciantes, con las lluvias normales del trimestre, la entrada al invierno se presentará con buen nivel de reservas, hacia el oeste el panorama es más complejo. Este panorama más complejo del oeste del NEA, es razonable extenderlo hacia el oeste cordobés y posiblemente gran parte de LP y sudoeste de BA. Es probable entonces que al ingresar al mes de mayo, la seca ya no tenga una señal intensa en el este, en muchos casos ya esté resuelta y por otro lado las zonas mediterráneas quedarán expuestas a un trimestre donde las condiciones hídricas ajustadas sigan manifestándose.