Tras una retracción productiva del 6% sufrida por la industria láctea durante el año pasado, que se sumó a la fuerte caída que ya había experimentado en 2016, este año la tendencia comenzó a mostrar otra perspectiva. En enero, la producción primaria de leche creció un 13%, mientras que el último dato refleja que en febrero el alza fue del 14% interanual.

Así lo reflejó el Tablero de Control Sectorial que elabora el Ministerio de Agroindustria de la Nación, que remarcó el buen inicio de año para los tambos argentinos, sobre todo impulsados por la actividad de los establecimientos ubicados en las provincias de Santa Fe y Córdoba.

Por el lado de Santa Fe, la expansión de su producción tambera en estos dos meses fue superior al 20%, mientras que Córdoba creció por encima del 15%. Si bien se descuenta que la producción lechera atraviesa una crisis estructural, los datos positivos se entienden por la base baja de comparación, ya que los mismos meses del año anterior se dieron en un contexto de fuertes inundaciones en la principal cuenca lechera del país.

De hecho, entre enero y febrero del año pasado se hablaba de que por las fuertes lluvias ingresaba a la industria láctea hasta un 40% menos de leche desde la zona tambera de estas provincias. Esto se ve más claramente al comparar con los datos de los últimos meses. La producción intermensual reflejó una caída en los últimos cuatro meses, siendo enero y febrero los más fuerte retracción: con -6% y -7% respectivamente.

Respecto a los precios pagados al productor, el valor pagado por litro se ubicó en $ 5,76, un 0,7% más que en enero y un 15% por encima del mismo mes del año anterior. En el detalle se muestra que fue la provincia de Buenos Aires la que convalidó el mayor precio entre las provincias lecheras, con un promedio de $ 5,90 por litro. En Santa Fe, en tanto, se pagó un precio de $ 5,75, mientras que en Córdoba, unos $ 5,68.

Como dato de la dificultad que atraviesa el sector, se destaca un 46% de utilización de la capacidad instalada en las industrias, durante el mes de enero. Las ventas para el mercado interno cayeron ese mes un 9%, contra enero de 2017 en lo que son leches fluídas, mientras que las ventas de leche en polvo saltaron 8% en el mismo período, y 20% los quesos.

Las exportaciones, por su parte, mantuvieron el mismo nivel. En enero apenas crecieron un 0,1% (contra enero de 2017), después de un año que los envíos se retrajeron un 25% en volumen.

Fuente: Cronista Comercial