Definir lo que aporta la Agroindustria dentro del contexto de la economía de este país, sería comenzar a enumerar una gran cantidad de factores, parámetros y números que, dependiendo de quienes los miren o analicen, llevarían el péndulo para un lado o para el otro. Lo cierto es que desde el comienzo de ésta administración, el "agro" comenzó a transitar un camino diferente a lo que venía haciendo en los últimos -por lo menos- 10 años.

No sería honesto de mi parte dejar de mencionar que no fue menor la eliminación de las retenciones de los principales cultivos y productos -antes que me digan nada, no me olvido que hace un mes comenzó la eliminación de lo que resta de la retención de la soja a razón de 0,5% por mes hasta su eliminación total- y los Roes, la salida del cepo, la unificación del tipo de cambio. Eso indudablemente dio oxígeno a una Agroindustria que lo necesitaba y mucho. Estamos acostumbrados en nuestra querida Argentina a vivir de "ciclo en ciclo" en términos económicos.

Decimos siempre: "Esto ya lo pasamos, dentro de siete años volveremos a pasar por esto. Hace tantos años fue algo similar. Lo mismo pasa con el clima: "El cambio climático hace estragos, el Niño nos hizo perder todo, por suerte vino ahora la Niña, ó esta sequía es peor que las inundaciones o viceversa". Hablamos siempre en términos potenciales que tenemos innumerables oportunidades de obtener resultados exitosos en, por ejemplo, la producción de alimentos: "Somos o podemos ser el supermercado del mundo, ó podemos producir alimentos para más de 400 millones de personas en el mundo".

Pero como en el tango, son más las veces que miramos para atrás que las que miramos hacia adelante. La melancolía que tenemos incorporada casi genéticamente muchas veces nos hace pensar que "el árbol tapa el bosque", y eso definitivamente no es así. Y basta ver lo que viene pasando en Argentina desde hace más de dos años, más precisamente hace dos años y dos meses cuando el presidente Macri asumió esta nueva administración. No es una fantasía que el mundo nos recibe de otra manera. ¿Saben por qué? Porque Argentina tomó la decisión de volver a insertarse en el mundo con protagonismo. Argentina preside el G20, se realizó la reunión de la OMC, el mundo nos recibe y convoca -Davos, misiones comerciales e institucionales en todo el mundo abriendo nuevos mercados-. Todos esperando que hagamos las cosas que tenemos que hacer.

No nos fue muy bien con eso de "vivir sólo con lo nuestro". No crecimos, no nos desarrollamos y nos estancamos. Ahora el desafío es distinto. Desde mi posición acompañando a la gobernadora Vidal en el gabinete provincial, estamos convencidos también de que tenemos que dar la pelea todos los días, pensando y trabajando todos en equipo para los que menos posibilidades tienen. No vinimos a estar cómodos.

Por el contrario, para cambiar las cosas, hay que estar incómodos. Y también tiene que ser así. La provincia de Buenos Aires es protagonista de estos cambios, trabajando juntos con el equipo nacional: combate real al narcotráfico, más del 40% del PBI del país, somos el 50% de la agroindustria del país, estamos haciendo nuevas rutas, arreglando otras -tanto nacionales como provinciales-. Como nunca se están haciendo obras hídricas e hidráulicas, habrá proyectos importantes para caminos rurales, hay financiamiento y crédito para los segmentos de la agroindustria y muchos de ellos están creciendo.

Al igual que en el país, comenzamos una reforma impositiva estable, estamos comenzando a desburocratizar muchas cosas, trámites, gestiones. No fueron fáciles estos últimos 18 meses con inundaciones de envergadura, y ahora en algunos lugares con sequías e incendios. Muchos no la pasan todavía del todo bien, productores y otros. Pero tenemos la obligación de mirar el contexto, de dónde vinimos y mirar para adelante.

"El mundo fue y será una porquería ya lo sé" como dice el Tango; no debe aplicarse ni para la Agroindustria, ni para la Provincia ni para el país. No es así. Podemos tener complicaciones, pero no hay dudas, y hay muchos argumentos técnicos y realistas que así lo marcan, que estamos saliendo adelante. Muchos meses ininterrumpidos de crecimiento, control de la inflación y con perspectivas de crecimiento estable muy buenas para adelante. Esas son las "luces". Muchas están al final del túnel, otras más cerca. Lo cierto es que hay un camino diferente, que venimos transitando muchas veces con piedras, ripio, cunetas y agua.

Para llegar a esas luces, no siempre se va por la autopista. Tenemos que creer en nosotros mismos y tener confianza. Todos sabemos que no se pueden cambiar en dos años y dos meses cosas que llevaban más de 20 años con problemas. La paciencia tiene que venir acompañada por la confianza. En octubre pasado los argentinos mostraron esa confianza nuevamente. Paciencia y tolerancia -con exigencias claro y está muy bien que existan- que las luces se ven y están y vienen para iluminarnos un largo camino de logros de todos los argentinos. Eso sí, esta vez, todos juntos.

El autor es Ministro de Agroindustria de la Provincia de Buenos Aires