Mientras desde Carbap su presidente, Matías de Velazco, señaló que la entidad no descarta realizar protestas, Roberto Campi, productor de Pergamino e integrante de Carbap y CRA, escribió una carta contando por qué el sector rechaza ese incremento. A continuación, parte de la carta que Campi envió a LA NACION:

Creo que después de la 125 de 2008 lo peor que nos pasó a los productores bonaerenses fue la reforma fiscal de 2012 que llevaron adelante el ex gobernador Scioli y su ministra de Economía Batakis. Eran épocas duras en las que la relación gobierno campo estaba muy tirante. Nada podía extrañarnos. Teníamos fuertes diferencias ideológicas que se plasmaron en esta durísima reforma fiscal que pegó muy fuerte a nuestro sector. Protestas asambleas y concentraciones de productores reprimidos en La Plata no consiguieron revertir la reforma impositiva de ARBA.

Las cosas cambiaron en 2015, empezaba un nuevo gobierno y los productores que sobrevivimos a ese ajuste renovamos nuestra confianza y esperanzados entendimos que quienes nos iban a gobernar eran nuestros amigos, que nos comprendían y que nos entendían. Incluso algunos de estos gobernantes salieron de algunas de las gremiales del campo.

Ni bien asumió la gobernadora Vidal y su equipo debieron aumentar fuertemente los impuestos para paliar la calamitosa situación fiscal de la provincia de Buenos Aires. Todos pusimos el hombro esperanzados, ese ajuste era necesario para sanear cuentas fiscales.

Después vendría la normalidad, pero a fines de 2016 otra vez se vino un aumento desmesurado del inmobiliario rural del 30%, la quita de beneficios fiscales al castigado sudoeste provincial y se mantuvo el complementario un impuesto este claramente ideológico.

El gobierno sostiene que todo se consigue dialogando y consensuando pero cuando llega la hora de ajustar impuestos pasa del diálogo al monólogo.

Si se concretara este incremento del inmobiliario acumularíamos un 343% de aumento desde la reforma de Scioli que se gestó en 2012 pero entró en vigencia plena en 2013 hasta el ejercicio fiscal 2018.

El impuesto que pagábamos en 2013 debemos multiplicarlo por 4,5 para llegar al que pagaremos en 2018.

El ministro de economía de la provincia de Buenos Aires, que ya no es Batakis, sino un licenciado en finanzas, supone que al campo se le pueden sacar estos impuestos y mucho más porque se enteró de la altísima rentabilidad de algunas actividades del campo. ¿Cuáles serán me pregunto?

El ministro de Agroindustria, ingeniero agrónomo y supuesto conocedor de la actividad agropecuaria, supone que se puede vivir muy bien con una sola hectárea de campo. Y el jefe de gabinete de Agroindustria, ex miembro de Carbap, entiende que el ajuste es necesario y que el campo puede pagarlo sin problemas.

Seguramente muchos pequeños productores quedarán en el camino, como ocurrió ya tantas veces, y seguramente los licenciados en finanzas que gobiernan hablarán de fomentar las pymes porque son el futuro. Futuro incierto es el que nos espera. Les dimos el voto y hoy ni siquiera nos reciben para justificar este impuestazo. Otra vez nos defraudaron.