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Para justificar su decisión de no modificar el impuesto a las Ganancias, el Gobierno sostiene que el tributo sólo alcanza a una baja proporción de los trabajadores, que estima en un 10% sobre unos 10 millones de asalariados en blanco: esto es poco más de 1 millón de trabajadores. Sin embargo, esto representa una enorme masa de ingresos para el Fisco: según estimaciones privadas, lo que recauda anualmente la AFIP sobre esa masa de sueldos ronda la friolera de los $ 50.000 millones.

La cifra de recaudación fue estimada por el experto en temas tributarios Nadin Argañaraz, titular del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), dado que la AFIP no publica más de forma discriminada cuánto de la recaudación total de Ganancias corresponde a lo que pagan asalariados y jubilados, cuanto a los autónomos y cuánto a las empresas.

Del cálculo de Argañaraz surge que el millón de trabajadores alcanzados por el impuesto paga mensualmente, en promedio, unos $ 4.000. Si esto se multiplica por 13 (los sueldos mensuales más el aguinaldo) se llega a los 52.000 millones de pesos de recaudación global por la llamada “cuarta categoría”.

Esto explica por qué aun siendo “pocos” los trabajadores alcanzados por Ganancias, -como insiste el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich- el Gobierno se niega a instrumentar cualquier cambio en el impuesto que pueda afectar ese volumen de recaudación aportado por los trabajadores.

Si realmente fuera poco significativo el impacto, no habría razón para rechazar los reclamos de los gremios que piden que se reduzca o directamente se elimine esta fuerte presión fiscal sobre los asalariados. En otras palabras, no porque sean “pocos” trabajadores sino porque los descuentos dejan una suculenta recaudación es que el Gobierno se niega a modificar el tributo que daría un alivio a los que viven de sus sueldos.

Además, los sindicalistas destacan que el concepto oficial de “pocos” es por lo menos relativo: en algunas actividades como bancarios, petroleros, camioneros y portuarios llega casi al 100% la proporción de trabajadores que paga Ganancias. En el sector de Seguros es del 40% y en el sector público del 17%, según informaron los dirigentes a Clarín.

Según CIFRA, un centro de estudios que pertenece a la CTA oficialista que encabeza Hugo Yasky, el impacto de Ganancias sobre el sueldo es muy significativo: a un trabajador sin cargas de familia (por lo general es el caso de un soltero) con un sueldo neto de $ 17.558 mensuales, le descuentan por este impuesto en el año $ 28.504. Esta cifra equivale a más de un sueldo y medio.

Y además tributa la tasa máxima del 35%.

Si el minino no imponible y las escalas se hubieran ajustado por la inflación a los niveles de 2001 ese mismo trabajador debería tributar menos de $ 5.000 anuales, con la tasa del 9%. Este ejemplo permite ver que el peso de Ganancias sobre el salario se triplicó en estos años.

Actualmente pagan los que ganaban en 2013 más de $ 15.000 mensuales de sueldo bruto o más de $ 12.450 netos.

Por no actualizar el minino no imponible y las escalas del impuesto según la inflación real, los trabajadores y jubilados alcanzados por Ganancias soportan alícuotas del 31 o 35%, las mismas que paga una gran empresa o una persona rica. En cambio, la inmensa mayoría debería estar incluida en la escala más baja, del 9%.

Las escalas sobre las que se aplican las alícuotas están congeladas desde el año 2000 cuando se implementó la reforma del entonces ministro de Economía, José Machinea. Eso lleva a que la mayoría de los trabajadores tribute sobre las alícuotas más elevadas, lo que agrava la pérdida salarial.

Algunos expertos sostienen que “el salario no es Ganancia” y que los ingresos, que tienen un carácter alimentario, no deberían estar alcanzados por este impuesto.

Por otro lado, los mismos analistas señalan una contradicción oficial, dado que el Gobierno habla de políticas anticíclicas, ya que debería aflojar el peso de Ganancias sobre asalariados y jubilados para inducirlos a destinar más dinero al consumo. Esto tendría un impacto positivo sobre la actividad económica y también sobre la recaudación de la AFIP por mayores ingresos provenientes del IVA y de otros impuestos.