Desde el miércoles 13, los argentinos pudimos escuchar en ese idioma milenario las palabras del Cardenal Tauran cuando anunciaba al mundo que nuestro Cardenal Bergoglio, había sido elegido como nuevo Papa. Tal vez no nos damos cuenta aun de los que significa esto para nosotros. Seguramente desde ese día, el Papa Francisco, pasara a ser el hombre más importante de la historia Argentina para la humanidad. Este hombre santo, humilde, inteligente y sobre todo valiente, tendrá la responsabilidad de conducir a más de 1.200 millones de católicos en todo el mundo. Y eso no es algo menor. La Argentina está siendo mirada con más atención a partir de ahora, por este regalo que Dios le dio al país y a la humanidad.

También, por otras cosas que no hacemos bien, nos miran desde hace tiempo.
Nuestra economía se paraliza, el dólar blue se escapa, la inflación parece no se contiene... Y hace unos días también se cumplieron años de la famosa resolución 125. En esos días complicados muchos ciudadanos, comenzaron a darse cuenta lo que era la fuerza de la actividad agropecuaria para el país. Había movilizaciones, cortes en las rutas, el sector en general estaba movilizado, producto de medidas que sin dudas iban a lanzarse con un perjuicio enorme para el sector.

Días pasados se realizó la muestra más importante que tiene el campo en Latinoamérica (ExpoAgro). Hubo buena participación de público en general, pero no como otros años, y hubo también ausencia de importantes empresas del sector por ejemplo de maquinaria agrícola, producto de algunas sugerencias de alguien... para que no fueran a la muestra. Esto último trajo muchos comentarios en las calles de tierra de la excelente muestra a campo que pudimos vivir días pasados en Baradero. También se comentaba entre productores, empresarios, empresas, entidades, cámaras, fundaciones sobre: cómo sigue esto... o qué va a pasar....

Ahora se comenta que se aplicaría la Ley Antiterrorista para los productores que no quieran vender su soja anterior y para la nueva también. Otra locura más... cualquiera de todas estas preguntas y dudas que escucho en el sector desde hace mucho tiempo, me sugirieron, aprovechando estos días de cónclave, la frase Quo Vadis (Adonde vas!). Esto le preguntó Jesús a Pedro en su momento. Y es lo que nos preguntamos todos los que queremos este sector y este país: Quo Vadis Argentina, y en nuestro caso Quo Vadis Agroindustria.

La Argentina es un país agroindustrial fuerte, que puede proveer de alimentos al mundo; obviamente si hacemos las cosas bien. Pero fallamos en muchas cosas: ninguna autoridad habla en serio ni controla la inflación, los mercados agroexportadores están cerrados, tenemos varios dólares que lo único que hacen es hacernos perder competitividad a pasos agigantados, los costos de producción de cada actividad del sector suben exponencialmente, los impuestos al sector y a los productores son cada vez más impactantes, la pérdida de rentabilidad es cada vez mayor. Esto son algunos de los tantos factores que afectan a un normal desarrollo de la actividad.

Las acciones inteligentes deberían apuntar al desarrollo y a un apoyo directo, constante y real a la actividad agropecuaria en general. Y no me refiero a ninguna en particular, sino a todas. A la actividad agrícola hay que apuntalarla dándole las condiciones para que cada vez tenga la posibilidad de ser más rentable, a la actividad Ganadera habría que pagarle los precios que la carne necesita, abrir las exportaciones, evitar que se sigan cerrando frigoríficos (ya se perdieron en 3 años más de 12.000 puestos de trabajo en esta industria), a los tamberos pagarles lo que necesitan por litro de leche producida para que no pierdan toda la rentabilidad que pueden tener. Las fuentes de financiamiento deberían ser un impulso real para la actividad agroindustrial. Brasil pone en este sector más de u$s 65.000 millones y todos los niveles de productores pueden acceder a créditos accesibles, realistas y pagables. Brasil instruye a todas sus embajadas a buscar negocios en el mundo, para vender sus alimentos.

Ni que hablar de Chile, líder en esta materia. Y lo que hacen desde hace unos años México, Perú y Colombia. Los países que ocupan lugares de privilegio en el mundo de los agronegocios, no son solamente los que obtienen buenas cosechas: Esos lugares son ocupados por países que destinan cada vez más tecnología (biotecnología) en sus cultivos, ajustan procesos con la Agricultura Certificada, innovan en sus maquinarias, pueden aportar a sus productores fuentes de financiamiento adecuados, muestran reglas claras, escenarios estables y predecibles, venden lo que producen a los mejores precios y en el momento justo; sus embajadas son incubadoras de negocios, realizan innumerables jornadas de capacitación a sus productores a través de empresas privadas, entes y entidades públicos, los funcionarios están presentes en reuniones o jornadas que organizan empresas privadas y comparten vivencias con los productores y entienden el mercado y el negocio... Así las cosas mejoran, y el rumbo es claro.