Revista Agromercado – Julio 2011

Menos personas motivadas por hacer cosas, y por generar ingresos. Este escenario requiere de un urgente SOS sobre un sector dinámico del país, para que este tome el liderazgo del retorno a los emprendedores, y a la pasión por hacer.

En los ´90 volvió a surgir esta idea del “entrepreneur” o emprendedor, como definición de aquel con ganas, capacidad y pasión por hacer cosas. Puse “volvió”, porque si leemos la historia de muchas empresas y marcas centenerias y exitosas de nuestro campo y agroindustria, veremos que los emprendedores “estuvieron siempre presentes”. Hemos hablado en otros artículos sobre el fenómeno de los “agroemprendedores”, como aquellas figuras protagónicas de los grandes avances y cambios positivos del sector agropecuario y agroindustrial.

Saquemos la mirada por un instante de esta página, y recordemos alguna marca de las que nos marcan. Marcas que nos hagan pensar en sus orígenes, en sus creadores. Se me ocurren marcas como Arcor, Quickfood, Buck, Galicia, SanCor, La Serenísima, La Segunda, Rizobacter, ACA, Bolsa de Cereales, asociaciones de razas ganaderas, entidades del sector, muchas marcas de consignatarias, y muchas marcas locales con emprendedores asociados a ellas. El segundo paso de este ejercicio, es recordar quienes fueron sus fundadores. Yo tome una de estas marcas e hice el ejercicio a la par de ustedes. Me enfoqué en Rizobacter como marca que conozco de cerca, y me fui directo a su “emprendedor y fundador”, Miguel Harnann; un ingeniero agrónomo curioso, buen tipo, preguntón, estudioso, con visión amplia, enfocado en su sector – producto/s, abierto a la relación en red, buscador de oportunidades, generador de equipos, de fuentes de trabajo y de inversión en tecnología. Tuve la suerte de conocerlo y realizar con el y su empresa, proyectos que repercutieron en los rendimientos, y a medida que pasan los años desde su ausencia, más me llega su influencia de gran “entrepreneur” con visión de faros largos.

Distribución del ingreso

En los últimos años y en este ir y venir tan cíclico de la política y la economía argentina, hemos girado sobre el concepto de “distribución del ingreso”, que no está mal si se lo toma sistémicamente. El problema es cuando se trabaja solo sobre una de las dos variables, independientemente de la otra. No es equilibrado “distribuir” sin “generar”, ni viceversa. Este principio juega sobre aspectos sociales, pero también económicos. Para distribuir hay que hacerlo con equidad y seriedad, para que esos recursos que aportan otros, representen la mejora real de la calidad de vida de la sociedad y de las personas que no tienen oportunidades. Es decir, estos recursos deberían generar esas oportunidades y no servir de subsidio pasivo. Eso de “enseñar a pescar”, en lugar de “regalar siempre el pescado”; eso de hacerse cargo. Por otro lado, sino se trata con igual intensidad y enfoque político la variable “ingreso”, motivando a los que generan, se corre el riesgo de hacer que todos prefieran percibir pasivamente la “distribución”, y que otros se ocupen de la parte pesada que es generar ese “ingreso”, que en definitiva permite la distribución. Sin emprendedores y trabajadores que tengan fuentes genuinas de ingreso, no se pueden generar recursos.

Este un punto crítico del análisis emprendedor, pues si hay algo que pueden hacer los emprendedores es “transformar sus entornos y las sociedades”, generando espacios para el trabajo colectivo y “pasión por hacer”.

Emprendedores y Sociedad

No hay emprendedores sin visión de empresa, y a esto hay que agregarle el complemento del “hombre y la sociedad”. Se plantea través de nuevos estudios, que el emprendedor / empresario, debe saber manejar tres aspectos del entorno: la “complejidad” de sectores con mucho más participantes. Por otro lado las “fuerzas del contexto” que se suman y resultan todavía más desafiantes que el propio mercado; el contexto es en definitiva la sociedad misma, en la que desenvolvemos nuestra actividad. Finalmente, el tercer aspecto es la “conectividad” que existe entre los múltiples participantes y la complejidad del contexto.

La administración de las empresas, se basó mucho en el pensamiento económico, en maximizar el valor, en la competencia, en la renta, entre otros grandes temas. Hoy se plantean nuevos vientos, que parten de entender que estamos en sociedades estructuradas, abiertas, con relaciones internas, y sujeta a múltiples transformaciones. Dado que hablamos de “personas” y de sus propias “interacciones”, tenemos que pensar en elementos vitales en todo emprendimiento, ellos son la “confianza” y la “cooperación”. Cuando se habla del fenómeno de las “redes sociales”, no hay que verlas solamente desde su soporte tecnológico, sino de esa interacción social entre personas, de su enfoque de colaboración e intercambio entre “amigos” y “grupos de amigos”.

Pasión 24 x 7

Pasión: la ganadora del Premio E&Y al Emprendedor del año, Olivia Lum, que desde la extrema pobreza logró salir, y además crear una empresa purificadora de agua que le da servicios a varios países de Oriente. Ella viene de Singapur, uno de los países que dejó de ser de los más pobres del mundo, para posicionarse hoy como uno de los más importantes. Acá hay pasión por hacer.

Marcas: los emprendedores son “marcarios”, les gusta crear sus propias marcas. Las agronomías, veterinarias, acopios, proveedores de servicios agrícolas, los grupos se siembra, todos buscan crear una marca que marque esa visión del emprendimiento realizado. La marca representa valores y fines, casos como “La Redención” o “El Tejar”, emprendimientos de producción agropecuaria importantes, que soñaron y pusieron en marcha respectivamente Marcos Rodrigué y Oscar Alvarado, que además fueron dos grandes ex presidentes CREA, que “marcaron” y dejaron su impronta en el movimiento.

Ganas: los que piensan y hacen emprendimientos, lo viven “24 x 7”, las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, no hay feriados, hay ganas de hacer. Muchas veces uno intenta transmitir que los emprendedores no actúan como trabajadores que miran el reloj. Su reloj esta en seguir pensando y repensando las nuevas cosas por hacer, y en alcanzar los objetivos que demandan esos resultados.

Lo que puede venir

Nada mejor que un Congreso del agro, diseñado para pensar “lo que puede venir”. No dije “lo que viene”, pues es claro que el futuro no esta escrito, lo que importante es imaginarlo. Entre el 22 y 24 de Junio, en la ciudad de Córdoba, un total de 5000 productores y profesionales del agro, se reunieron en el Congreso Tecnológico CREA 2011 para “saber hoy, que pasará mañana”. Un dato no menor es que 1470 de los 5000 asistentes, lo hicieron por Internet. Lo hacían desde 24 provincias y 13 países, participando en red desde sus computadores, viviendo y preguntando activamente. Un verdadero “picnic” intelectual para muchos agroemprendedores apasionados.

Temas: necesidades del mundo para el sector agropecuario con una mirada a futuro; desafíos tecnológicos para capturar las nuevas oportunidades; cuáles serán los escenarios para la producción; qué hace falta saber sobre producción sustentable desde lo ambiental, social y económico; uso eficiente de la energía y de los recursos naturales; buenas prácticas productivas desde diferentes visiones. También manejo por ambientes e intensificación; innovación tecnológica en los insumos para la agricultura; desafíos de la ganadería para el 2020; lo que se viene en lechería y la brecha tecnológica actual; cómo habrá que manejar la mano de obra en las producciones intensivas; las nuevas oportunidades para gestionar la información y el conocimiento; y como generar confianza para poder innovar. Impresionante la energía del conocimiento generada especialmente para quienes deseen crear.

Qué cantidad de temas apasionantes. Qué enormidad de oportunidades. Qué necesidades por cubrir. Qué cantidad de conocimiento aplicado se demandará en poco tiempo. Qué bueno ser hoy, un emprendedor con ganas y pasión por hacer!

Por Ricardo D. Bindi - Agrositio