Que buena palabra “emprendedor”, en el mundo se habla de “entrepreneurs”. Un “rara avis” de personas que se dedican a pensar, inventar, hacer realidad y aplicar conceptos de negocios, que permitan generar valor personal y grupal. No es una definición de libro, es una basada en la experiencia personal, que se deja expresar a través de un teclado de laptop. Una vez definí a los emprendedores, como aquellas personas que con mucha pasión, destinan la mayor parte del día, a “empujar sus propios ideales”.

¿Todos podemos ser emprendedores?

Cuando uno dice en el ámbito académico en un aula de facultad o incluso entre amigos, que: “todos podemos ser emprendedores”, la respuesta es, desde un fuerte “no”, hasta un “puede ser pero no es para cualquiera”. Me quedo con la segunda respuesta, pero…, añadiéndole que el emprendedor no es un empleado que tiene asegurado el sueldo a fin de año, un salario fijo privado o público. El emprendedor es aquel que arriesga, que no vive con la sensación “actual” de estabilidad laboral, y la cambia por la “motivación y el riesgo de hacer algo propio”. Emprender es crear a partir de nuestras propias competencias (actitud y aptitud para hacer diferente).

“Intrapreneur”

Emprendedor = entrepreneur. ¿Entonces “intrapreneur” que es? Es la versión emprendedora del “integrante proactivo de una organización privada o pública”. Un apasionado de su trabajo, aquel que trabaja más allá de su sueldo a fin de mes, buscando crear y realizar, “desde adentro”. No hay “emprendedores, ni “emprendimientos”, sin “intrapreneurs”. Se imagina esas buenas experiencias de aquellos funcionarios públicos que dan “un poco más”, que son capaces de “quedarse hasta que los temas se solucionen”; o en el ámbito privado cuando en una empresa, usted habla por un reclamo y enseguida hay alguien con ganas, con vocación de ayuda, con excelentes modales…, bueno esos son “intrapreneurs”.

¿Cómo se empieza a ser un emprendedor?

Se empieza desde diferentes orígenes. ¿Porqué orígenes?, ¿qué tiene que ver el origen en todo esto? El origen es el comienzo de la “necesidad”. Una amiga mía decía que la “necesidad agudiza el ingenio”. No siempre esta viene por necesidades económicas, estas necesidades pueden ser por variados orígenes: vocacionales, de liberación, de búsqueda de nosotros mismos y de nuestros límites, de ganas de hacer algo distinto y más.

Se puede ser emprendedor de cualquier cosa. Un dentista es un emprendedor. A medida que crecí y me hice más curioso y preguntón, entendí que la mayoría de los odontólogos comienzan con un simple equipo, algunos se endeudan para tener su propia silla de atención, otros la reciben como regalo de graduado, por padres que ahorran esperando ese “gran momento”. Después alguno pensó en el “primer cliente / paciente” de un dentista recién recibido? No creo, seguramente no nos hubiéramos animado a entrar. Ellos se desarrollan solos en la mayoría de los casos, hacen su clientela de pacientes y estos se fidelizan y van toda la vida, o no?

¿Y el agro?

Sin duda es uno de los mejores ejemplos de “cultura emprendedora”. Un productor agropecuario es un “entrepreneur” que arriesga las 4 variables económicas: tierra, capital, trabajo y factor empresarial. Un agrónomo que se lanza con otro colega a asesorar y a poner una agronomía en el interior. Un acopiador que comienza comprando y vendiendo a productores amigos y luego invierte en su propia planta de acopio y acondicionamiento. Dos amigos que se lanzan a corretear cereal, o a poner una veterinaria, o a invertir en un local amplio frente a la ruta para colocar una concesionaria de maquinarias agrícola. O los “contratistas”, esos eternos viajeros de las rutas y de los pueblos del interior, que duermen en sus casillas, sin pensar si hay agua corriente en medio del campo, invirtiendo fortunas en los últimos “fierros” del mercado. Podría estar tres hojas más describiendo a los “agro-emprendedores”, una raza de aventureros, amantes del interior, de las revoluciones agrícolas y tecnológicas…, muchas veces remando contra quienes no valoran “a quienes generan la riqueza”, que muchas veces no se distribuye con equidad.

Emprendedores al 2020

Sigo obsesionado con una visión “pensada 5 jugadas adelante”. El presente es el pan de hoy, la visión al 2020 es el pan de mañana que podemos generar “para nosotros” y “para los otros”. Ese es el desafío de los que somos emprendedores, los que llevamos en el alma ese fuego especial de hacer cosas diferentes, cosas nuevas, cosas que funcionen bien, cosas que sorprendan a los que no se sorprenden y apasionen a los que creen que todo está hecho.

Creo que para el 2020 un país como la Argentina tendrá millones de emprendedores, para ello habrá que cambiar muchas cosas. Cosas como que el Estado no es el gran protector que todo lo puede; que el Estado se alimenta de emprendedores y distribuye a partir de “no siempre intrapreneurs”; y que debe haber políticas contra las políticas que queriendo o sin querer…, queman esta llama sagrada de “querer hacer sin que otros se suban al carro sin empujar”. Ser emprendedor es lo mejor que a uno le puede pasar.

Por Ricardo Bindi - Agrositio