Por Ricardo D. Bindi, Revista Agromercado Abril 2010

Tecnología, biología e ingeniería comercial, serán la síntesis que marcará las próximas décadas. Suena apasionante y muy abierto a la generación de riqueza en cadena, con redistribución más equitativa. Pero…, hará falta un giro de 180° para lograrlo.

Motivados con el futuro

Mientras escribía pensaba que en el ´87 me enganché con la idea de escribir sobre el futuro. Recuerdo que me entusiasmó mucho un libro del J. Naishbit llamado Megatrends, en el cual se planteaban 10 tendencias que marcarían el futuro. Antes que el otro gran pensador, Alvin Tofler, señalaba la llegada de la “Tercer Ola”, basada en el manejo intensivo de la información. El tiempo demostró que , si bien todavía muchos países estamos en la segunda ola post industrial, algunos, como la cadena agroindustrial, manejan diariamente el conocimiento intensivo.

Me entusiasma mucho escuchar y aprender de los que saben; también investigar, explorar y comunicar para motivar. En esta nueva década me entusiasme escuchando y aprendiendo de F. Vilella (UBA y Fund. M. Lebensohn) de M. Campos (moderador en el World Agricultural Forum en Brasilia), y de otros pensadores comprometidos con la causa del “futuro de la agroindustria”.

Oportunidad 1 – Extraordinaria Demanda

Finalicé la década pasada escribiendo en esta columna sobre:“Claves agropecuarias 2010: alimentos, agua y ambiente”. Comencé el 2010 con otro desafío desde la publicación Agropost del CPIA: “Profesionales del agro visión 2020: alimentos, agua y ambiente”. Voy a seguir en esta línea con mucho entusiasmo. ¿Por qué?, respondo a la pregunta, entendiendo que necesitamos crecer exportando valor desde la agroindustria; racionalizando los gastos país; acomodando los presupuestos racionalmente y trabajando estrechamente entre lo privado y lo público.

Veamos con algunos refuerzos concretos a la hipótesis anterior:

• desde la época de los Beatles a la actual, la población “se duplicó”
• en el 2020 habrá 1000 Mill. más de habitantes
• los países menos desarrollados demandarán cantidad
• los más desarrollados, calidad e inocuidad en alimentos
• los que más demandan: China, India y la UE
• los 3 son los que menos podrán crecer en producción
• la demanda de carne aumentará en 21 Mill. de tons.
• el mundo necesitará 92 Mill. de tons. de carne
• UE tendrá cada vez menos niños y más mascotas
• el 10% de los cereales van a este consumo
• al 2030 cerdos y aves serán carnes masivas
• el maíz pasará a ser un cultivo estratégico
• el petróleo escasea y sus precios son altos
• la necesidad de tener energía irá en aumento

Oportunidad 2 – Tenemos todo

Ahora vamos a analizarlo desde la oferta, con especial énfasis en nuestra “ventajas competitivas”, que son la resultante de multiplicar nuestras “ventajas comparativas” (suelos, lluvias, clima, etc), más nuestra “capacidad competitiva” (conocimiento, inversión y pasión agroindustrial). Veamos algunas de estas oportunidades:

• al 2025 habrá que duplicar la producción de alimentos
• China tiene el 20% de la población mundial
• pero… China posé solo el 7% de la tierra cultivable
• hay solo 7 países con más tierra cultivable que la Argentina
• solo 4 de ellos con menor relación tierra / habitante
• tenemos mucha agua y la arrojamos al mar
• la Argentina “sabe” producir alimentos eficazmente
• la cadena agroindustrial representa el 36% de la mano de obra Argentina
• en solo 7 cadenas concentramos el 70% de la mano de obra
• tenemos más cadenas con más potencial de crecimiento
• producimos 3 Mill. de tons de carne y podríamos hacer mucho más

Oportunidad 3 – Un cambio de 180°

El escenario de oportunidades encuentra también con amenazas, pues el mundo no está esperando que la Argentina sea el gran proveedor. Sin ir más lejos, Brasil en estos últimos 10 años se transformó en líder mundial y la Argentina en un simple jugador local. Uruguay, más pequeño, pero más grande en la visión país y en su estrategia de continuidad en políticas de estado, y siguen Perú, Colombia, Chile…¿Y, qué hacemos?. Esperar hasta que aclare, prepararnos y votar bien para generar el cambio de 180° que se requiere para:

• señales claras a nivel país, hacia adentro y hacia fuera
• políticas públicas coherentes en la macro, y para la micro
• embajadores y embajadas “vendiendo alimentos Argentinos”
• sistema de premios y castigos en lo privado y en lo público
• empresas y empresarios eficaces
• ser creíble y confiable vende
• empresarios que piensen en redistribuir, más que en concentrar

Oportunidad 4 – Nuevos paradigmas agropecuarios

“Bionegocios” es una denominación interesante, que va a empezar a sonar fuerte. Sus fundamentos interrelacionan a la “agricultura” con 5 grandes temas: cambio climático, agua, alimentos, biocombustibles y mano de obra. Este esquema más integrador, fue diseñado para enfrentar los nuevos paradigmas que describimos anteriormente. Sus pensadores y “futurólogos”, provienen del WAF (World Economic Forum), una especie de “Foro Económico de Davos” pero agroindustrial”, que sin dudas será “estratégico” en el mediano plazo. Allí se explorarán las grandes tendencias al 2050. Parece extraño hablar de 40 años en más, pero el que conozca mejor los escenarios probables, estará mejor preparado para atender toda esta demanda global.

La Argentina, a través de un giro de 180° que cambie totalmente su actual pre-historica política agroindustrial, se encontrará con la necesidad de alinear y potenciar a productores, inversores y profesionales. Deberemos ser capaces de manejar ciencia y tecnología, transformada en “agro-conocimiento intensivo” y en mano de obra capacitada y especializada. El gran espacio que se nos presentará demanda: agroalimentos, fibra y biocombustibles; en medio de un cambio climático omnipresente que habrá que manejar.

Los países más desarrollados están al tope en demanda y abastecimiento de agua. Africa y América del sur, tienen volumen y su demanda es baja. Solo basta decir que por el Río de la Plata tiramos al mar 300 lt / día / habitante del mundo. Es mucho desperdicio y no hacemos nada para mejorar. Con sanear las cuencas de Matanza y Riachuelo no bastara, y todavía ni siquiera comenzamos con ellas.

Se saldrá del falso dilema actual de “biocombustibles vs. alimentos”, para pasar a una 2° generación, en donde se complementará la producción de energía en base a “biomasa”, transformando celulasa y hemicelulosa residual en combustibles de fuentes renovables.

Entre fines del Siglo 19 y comienzos del 20, fuimos posicionados como “El granero del mundo”. Para la segunda década del Siglo 21, un pensador de los bionegocios dice, “tenemos que ser “la despensa, la granja y el surtidor biológico del Mundo”.

Por Ricardo D. Bindi, Revista Agromercado Abril 2010